ESPACIO: LOFT
COLABORADORES: SERLUX / TALLER TROCCOLI / VIASONO / A BRILLAR MI AMOR / VALBONE / WALLDRESS & C0. / ESTUDIO PAUSA / FOCO
MONDO ESPEJOS
FOTO NICO DI TRÁPANI

Hay diseñadores que construyen espacios. Y hay otros —los menos— que construyen escenas. Manu Pallares pertenece, por temperamento y destino, a esta segunda especie.

El espacio que eligió tenía todo lo que un espíritu inquieto podría pedir: ladrillo visto, cañerías desnudas, la promesa de un loft urbano en pleno Montevideo. Él no imitó la estética industrial: la interpretó con la sensibilidad de un artesano del confort. Hormigón visto, hierro en la escalera para insinuar altura, texturas ásperas que conversan con textiles cálidos, y una cama diseñada especialmente como la pieza central del relato.

Más que un ambiente, es una invitación. Una posibilidad de habitar, de detenerse, de imaginar una vida. Porque el verdadero lujo no está hecho de objetos, sino de atmósferas en las que uno querría quedarse.

En el loft de Pallares conviven lo estructural y lo sensorial, lo urbano y lo íntimo. Cada rincón parece decir —con cierta picardía— que el diseño es, en el fondo, un arte de seducción.