Por Sofía Hughes
Ubicada en las cercanías de Santa Mónica, Villa Flora della Laguna es la materialización del anhelado sueño de sus propietarios, que fantaseaban con construirse una casa frente al agua. Al mismo tiempo, su privilegiada ubicación los posiciona con el océano a sus espaldas, rodeándolos de maravillosos paisajes por doquier.
En busca de un estilo Tropical Modern, como así la describen sus arquitectos y su interiorista, Villa Flora della Laguna es el producto de un diseño colaborativo por parte de los arquitectos George y Evelyn Herrera junto al estudio bm y la interiorista italiana Adua del Vesco, quien hoy reside en Bali. Tanto su look como la mayoría del mobiliario reflejan la influencia asiática que Del Vesco aporta a este estupendo trabajo en conjunto. El equipo esperaba proyectar una casa de arquitectura moderna y tropical, ajustándola a las condiciones climáticas del Atlántico sur. Su diseño fue inspirado en las olas oceánicas y es maravilloso como esta figura se manifiesta a lo largo de toda la vivienda.
Más allá del predominio de un estilo oriental, basado en el sudeste asiático, el equipo priorizó que los materiales utilizados en la arquitectura del proyecto fueran autóctonos de la región, manipulando así mayoritariamente madera, piedra, acero y vidrio. De este concepto surge la idea de realizar los pisos de terrazo, monolítico pulido, llevado a un color arena que asimile la misma de las costas que lo rodean. Las piedras rústicas colocadas tanto en el interior como en el exterior de la vivienda fueron recolectadas de campos de la zona, aprovechando al máximo los materiales de su entorno.
Aunque su estilo resulta evidente a la vista, su influencia asiática no es únicamente representada a través del mobiliario y del arte de la vivienda, sino que florece de manera latente en el núcleo de la misma. Para la creación de este proyecto se tuvo muy en cuenta el concepto del Feng-Shui, haciendo especial hincapié en el equilibrio energético del interior de la vivienda, separándose de las malas vibraciones que podrían invadirlo desde el espacio exterior público. A raíz de este concepto, se llega a un proyecto armónico, en donde las energías fluyen a través de los espacios amplios e integrados que permiten la unificación del interior con el exterior privado.
Villa Flora della Laguna cuenta con una especial comunicación entre sus espacios interiores y exteriores. Al ingresar a la vivienda, se generó un pequeño paramento curvo realizado en cañas con la intención de formar una barrera energética que brinde privacidad al interior de la vivienda, protegiendo de esta manera el balance energético de la misma. Es aquí donde se marca esa separación del espacio exterior público frente al espacio interior-exterior privado. Su forma curva alega a la forma orgánica de las olas oceánicas que inspiraron este proyecto. La idea era brindar un poco de movimiento a la racionalidad de la planta y, al mismo tiempo, generar un pequeño jardín interno que insinuara la pata tropical del estilo plasmado. Su living comedor, dispuesto en un área de doble altura, permite a los habitantes sentir la amplitud del lugar y la armonía de la naturaleza que los rodea a través de los grandes ventanales que acceden a ese excepcional paisaje campestre acompañado por la laguna.
Su mobiliario, de origen indonesio, resulta liviano y sutil y permite la predominancia de materiales naturales como la madera, el mimbre, el cuero, el acero y la piedra. Todas las texturas se presentan en su terminación natural, con la excepción de la presencia del color rojo que se ve plasmado en el cuero trenzado de las sillas del comedor. La elección del color no es menor, ya que este tono es uno de los grandes representantes de la cultura asiática.
La integración de los distintos espacios sociales de la vivienda sugiere la personalidad extrovertida de sus habitantes, quienes disfrutan de recibir y rodearse con personas de todas partes del mundo. La zona del deck exterior y su barbacoa son considerados el destaque de la residencia. Este espacio permite deleitarse con la naturaleza en todo su esplendor. Sus amaneceres, las lunas y los atardeceres de colores extraordinarios reflejados en la laguna, como si esta fuese un espejo natural, hacen de este espacio un lugar único e insuperable.
Fotografías José Pampín
