Revista Arquitectura y diseño Nº 95

URUGUAYOS EN LA NUEVA BABEL

POR DIEGO FLORES

Vivimos en una nueva Babel, las fronteras territoriales solo son notorias en los mapas, por lo demás, el mundo se ha constituido en una unidad con la cual resulta difícil destacarse. Ser. La Arquitectura, disciplina cultural de notable incidencia en la vida de los pueblos, no escapa a esta condición tan particular de la nueva Babel que lejos de entreverar las lenguas, las ha unificado negando así individualidades, identidades y gestos culturales particulares. Los hombres y mujeres, habitantes y en consecuencia destinatarios finales de la Arquitectura, aparecen como un número o mejor aún, una serie de números que son interpretados a modo de encuesta. La planificación urbana ha quedado en manos de los operadores inmobiliarios y de los desarrolladores que identifican necesidades estandarizadas y se autoimponen la necesidad de atenderlas. En ese contexto los Arquitectos corren el riesgo de desdibujarse de su papel central en una historia cultural donde la vida y sus ritos, la persona y sus necesidades comienzan a resentir la ausencia de protagonismo. Mientras unos celebran implosiones y olvidan la historia, otros comienzan a destacar, son los autores de la Arquitectura. Y no aparecen recién, siempre han estado, sólo que la devoción por lo inmediato y la rentabilidad los tenía relegados a un lado del camino. Pero esto no fue suficiente, a ellos nada ni nadie los detiene. Se trata de un selecto conjunto de Arquitectos que han logrado desarrollar un punto de vista particular a través del cual filtran todo su conocimiento y es así que su talento se vincula expresamente a la tarea de crear. Conviene recordar que la creación supone mucho más que la superación de problemas, consiste en el gesto singular de imaginar un mundo posible donde inevitablemente el punto de mira particular establece identidades culturales particulares. Es así que la nueva Babel comienza a registrar oasis donde de golpe surgen volúmenes que son distintos, particulares. Al momento de emprender la tarea de editar una revista para la obra del Arquitecto Samuel Flores Flores nuestro equipo debió enfrentar el desafío de pararse frente autor de Arquitectura. Con todo lo que ello representa. Un autor que a los 83 años de edad continúa creando y mantiene el entusiasmo juvenil de sus primeros proyectos. Un autor que además ha logrado un punto de vista tan singular que resulta inevitable asociarlo con nuestro paisaje y nuestras mejores tradiciones culturales. Un autor uruguayo que logra que su Arquitectura, que no ignora a los grandes maestros del mundo, que se nutre de la historia de la humanidad, incorpore gestos y sentimientos sólo desde esta esquina del Río de la Plata se puedan experimentar. Para desarrollar esta idea del Arquitecto Autor, fue necesario apoyarnos en alguien mayor, Humberto Eco nos allanó el camino. Al releer el Kant y el Ornitorrinco caímos en la cuenta de la necesidad de insistir en la calificación de “autor” para de alguna manera señalarlo especialmente y así atrevernos a separarlo del conjunto. Como aquel animal que sorprendió a la Real Academia de Ciencias Naturales del Reino Unido, Flores Flores parece un Arquitecto, pero en los tiempos que corren, donde todo es igual, sentimos necesario ser más preciso. Es un autor y en esa condición, es algo más que un Arquitecto. Sabemos que su ejemplo conmueve a los estudiantes y a los jóvenes profesionales. Eso nos anima, no se trata de una especie en vías de extinción.

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