SALÓN N°3 / Alimentar el alma

Son varias las razones por las cuales SALON No. 3 se ha convertido en un punto de encuentro inevitable. Su ubicación, sobre la ruta 10 apenas a unas cuadras del puente de La Barra, está abierto todo el año y luego, fundamentalmente, el encanto de la instalación que refleja, como pocas veces, el contenido que sorprende tanto como la escenografía que lo contiene. Es el restaurante de Paola Morselli y Gonzalo Guista y allí comer, tomar un café, es toda una experiencia.

En La Barra, un rincón mágico de la costa uruguaya, detrás de un cartel esmaltado que dice, casi susurrando, “Salón N°3”, se despliega un pequeño universo. No es un restaurante común; es un refugio, un sitio donde la vida y la cocina se entrelazan con una sutileza casi imperceptible. Aquí, Paola Morselli y Gonzalo Giusta, una pareja argentina formada en la Argentina y en los caminos multiculturales de Australia, te reciben como quien abre la puerta de su propia casa. Porque eso es Salón N°3: una casa, una cocina, un encuentro de almas alrededor de la mesa. El nombre está dado por una de las piezas de cartelería en losa esmaltada de TRADING POST y sigue la lógica con la cual Aaron Hojman suele bautizar a todos sus emprendimientos. Así, este local anexo a su tienda de muebles antiguos y curiosidades, está armado con viejas mamparas de madera, una de las cuales lleva la chapa SALON No.3. Seguramente proviene de una vieja escuela rural. El lugar tiene mucho que ver, el espacio atrapado entre paneles de chapa galvanizada y estructurado en base a viejas mamparas de madera con vidrieras amplias es diseño de Aaron Hojman, propietario del edificio y vecino del Salón No. 3 con su célebre Trading Post que invade el lugar, generando una proyección que mantiene atmósferas y estimula todos los sentidos. La cocina, enmarcada por viejas mamparas de madera con vidrieras mantiene sus puertas abiertas al salón que atiende pocas mesas, algo así como treinta cubiertos, cifra que se multiplica en verano cuando se habilitan los espacios exteriores y entonces el almuerzo o la cena se convierte en una experiencia que moviliza a partir de la singular sensación de proximidad que tenemos con el chef y el personal que prepara, siempre en el momento, los alimentos que recibimos en la mesa.

Una copa de Albariño de Cerro del Toro, el pan de campo y la manteca, especialmente tratada por el chef, completó un encuentro para celebrar.

…nuestra cocina es regional, de producto… nos afirma Gonzalo Guista, mientras su esposa Paola Morselli asiente con la cabeza. Y nosotros agregamos, de autor.

…tenemos dos quintas propias y hemos generado una red de proveedores que son productores, evitamos la intermediación y vamos directo a las fuentes. Por ejemplo, en estos días hemos asegurado la provisión de papas para toda la temporada de verano, adquiriendo 400 kilos de papas que han sido plantadas especialmente para nosotros por un productos de la zona. Lo mismo sucede con los huevos, con el pescado, con la sal de mar que procuramos con un productor de José Ignacio o los aceites de oliva, incluso el agua, que es especialmente procesada, filtrada y mineralizada para nosotros. La harina la adquirimos en un molino de minas que termina de procesar el producto en Rocha y nos preocupa sustancialmente su calidad y controlamos personalmente el proceso…

El servicio, la atención al huésped comensal, es motivo de especial preocupación para los anfitriones que cuentan con Maishi y Sofia, dos jóvenes encantadoras que nos reciben con la sonrisa y el encanto de quien nos aguarda en casa.

… la base de mi cocina está en la escuela francesa e italiana y en el trabajo con el pescado estoy muy influenciado por la cultura japonesa, que admiro especialmente. En todo caso se trata de asumir el desafío de la cocina como un compromiso diario en el cual trato de ser coherente y generar menú es que trasmitan ideas y promuevan los valores de la cocina consciente. Nuestra carta alcanza un total de doce, tal vez catorce platos en total, contando entradas, principales, postres y platos para compartir. Incluyo pescado, crudo, cocido, tratado, a la parrilla, también carnes de res y pollos, vegetales. Y la preocupación que tenemos al seleccionar los productos se relaciona con el respeto con el que luego los trabajamos…

SALON No. 3 abre todo el año, dato que supone un esfuerzo notable que ha encontrado su recompensa, los habitantes permanentes de la zona, Punta del Este, La Barra, Manantiales y hasta José Ignacio, lo han adoptado como punto de encuentro, lugar de referencia.

… los habitantes de la zona nos visitan con frecuencia, suelen venir dos o tres veces por semana para almorzar. Entre ellos hay muchos extranjeros y con todos se genera una relación particular que nos lleva a preparar cenas por encargo. Los fines de semana el público suma muchos turistas que encuentran tanto en el lugar como en nuestra propuesta, algo distinto… nos afirma Paola Morselli.

El espacio, íntimo y cálido, te invita a detener el tiempo. En la penumbra de sus muebles antiguos, entre las vitrinas y los objetos que parecen guardar memorias de otras vidas, uno se encuentra, más que comiendo, recordando. La carta, siempre cambiante, se rige por lo que la tierra, el mar y las manos locales ofrecen ese día. No hay menús fijos ni recetas cerradas; solo ingredientes, como pistas dejadas por un poeta, esperando sorprenderte en el plato. Ricota, nuez, limón… lenguado, arvejas, cardo. Y la imaginación, que juega como el viento entre los árboles. Emprendimos el viaje limitándonos con un plato bien representativo de la cocina de Gonzalo, Hiervas Silvestres. La preparación nos sorprendió con arvejas frescas, por supuesto orgánicas, preparadas con un aliño sutil y muy fresco, menta, caléndula, ajo silvestre, perejil e hinojo, todo apenas bañado con la ligera acidez de la rayadura de limón. Un huevo de campo preparado poche completaba un plato que desde su simplicidad nos regresó sabores que las latas desaparecieron y el paladar extrañaba.

Y si uno busca algo para llevarse a casa, ahí está El Expendio, con sus panes recién horneados, sus quesos, sus conservas. Como una despensa de sabores guardados para el camino. Pero más que comida, aquí lo que se ofrece es una experiencia, una invitación a reconectarse con lo esencial. Porque en Salón N°3 la cocina no es solo el arte de alimentar el cuerpo, sino una forma de acariciar el alma.La consumición promedio, incluyendo vino, promedia los 1.600 pesos uruguayos y aceptan tarjetas de crédito y tienen atención especial con las tarjetas emitidas por ITAU. Restaurante, expendio. Abierto todos los días, desayuno, almuerzo, merienda y cena. De marzo a mediados de diciembre, de martes a domingo de 9:00 a 18:00 hrs. Camino Eguzquiza esquina Ruta 10, La Barra. Teléfono: 097 106 648.

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