Carolina Cesio

¿Es más caro contratar a un interiorista para resolver la escenografía que habitamos?

— Un profesional resuelve los espacios de forma creativa y funcional tomando en cuenta las variables solicitadas por el cliente. Creo que hay un mito, de que es un servicio caro, por el contrario, al proponer un proyecto desde el inicio, uno se ajusta a los valores a invertir. 

¿Cómo se estructuran y fijan los honorarios profesionales y qué incluyen?

— Los honorarios se estructuran de acuerdo a la envergadura del trabajo, a los requerimientos de diseño, seguimiento del proyecto, estudios de arquitectura necesarios para proponer reformas y otros elementos particulares que se deben contemplar en cada caso. El estudio hace trabajos integrales que incluyen todo lo referente al espacio a intervenir. Hacemos proyectos residenciales, comerciales y paisajismo.

Acerca del método de trabajo, ¿cuáles son las etapas fundamentales con las que comienzan cada proyecto?

 — Lo primero y más importante es conocer a la persona, lo que me interesa es el ser, modificar su espacio para que pueda sentirlo propio y mejorar su calidad de vida.  No es el diseño en sí ni sus tendencias, sino lo que provoca vivirlo y sentirlo.

El proyecto comienza con el cliente y sus requerimientos. La primera reunión es fundamental para conocer quién va habitar el espacio e interpretar sus gustos, motivaciones y expectativas. Este es nuestro principal objetivo: interpretar. Es una etapa sumamente enriquecedora como punto de partida para luego comenzar a crear y proyectar. A partir de ahí fijamos las pautas base del proyecto y damos los primeros pasos del diseño, para presentar un anteproyecto que incluye detalles de la planta, materiales, texturas y colores.

 ¿Cómo se leen los espacios? Nos interesa conocer cómo es el proceso de reconocimiento y aproximación a los ambientes sobre los cuales debe intervenir.

— Los espacios se leen de acuerdo a los ojos del cliente, es una tela en blanco y a partir de ahí se comienza a proyectar con las soluciones a proponer. Al verlo con nuestros ojos y nuestros sentidos comienza un sin fin de opciones que comenzamos a depurar, así comienza el desafío de crear un gran nuevo espacio.

El habitante… ¿siempre tiene razón?

— No siempre, pero tienen sus razones. Ahí es donde comenzamos con nuestra parte profesional, que es ver cómo llevar a cabo el proyecto. Por eso hay que saber interpretar cómo quieren vivenciar los espacios.

Cuando terminamos los proyectos y los clientes se sienten a gusto no hay palabras… Es una profesión donde la empatía y la interpretación son todo. No podemos dejar que nuestros gustos sean los únicos que se apliquen, pero sí hay mucha influencia para lograr el mejor camino estético y funcional. A partir de la visualización del proyecto inicial, y luego al ver cómo se desarrolla, el cliente ve plasmado en la realidad lo que era algo en papel. El avance del proyecto es dinámico, hay intercambio de ideas constante.

Estética y función, ¿hasta dónde y cómo?

— Estética y función van de la mano, un buen diseño debe tener ambas. Como todo, hay que aportar de ambas para llegar al mejor proyecto.

Creo que es importante conocer el perfil estético del profesional, cuando un cliente te contrata ya conoce tu perfil y vio varios trabajos realizados. Eso les da una gran confianza en el resultado final. Igualmente, como profesionales hay que saber interpretar los gustos. No cuenta solo nuestra estética. Ese camino se recorrerá juntos para llegar a el espacio deseado.

Creo que es una profesión muy dinámica, apasionante e enriquecedora que te hace involucrar en cada proyecto para dar resultados únicos.

¿Cuáles son las influencias sobre las que se sustenta conceptualmente su trabajo?

— Influencias… El mundo, observar, estar atento, viajar, ir a ferias y estar en contacto con las últimas tendencias. Luego lo depuramos, porque no hay que vivir rodeado de lo que hoy se usa o vemos en las redes, sino con lo que nos identifica. Todo lo que nos hace sentir bien y en armonía, eso es lo que cuenta.

Personalmente me gusta trabajar con productos que te envuelven, como los linos, lanas, cueros, gamuzas, materiales nobles que demuestren su calidez. Si es un espacio con impronta contemporánea y más jugada utilizamos otros productos innovadores, siempre buscando ese mix que requiere el espacio para que denote confort visual y estético.

 ¿Cómo define su trabajo profesional?

 — Detallista, porque considero que los detalles hacen la diferencia.

CUESTIONARIO ayd

1. Un libro: Como agua para chocolate, de Laura Esquivel
2. Una película:  Los puentes de Madison
3. Un trago: Champagne
4. Una serie: El tiempo entre Costuras
5. Música: Chill Out
6. Gusto de helado:  Maracuyá
7. Equipo de fútbol: Selección Uruguaya
8. Una comida: Sushi
9. Un referente histórico: Mahatma Gandhi





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