Monoccino

El diseño en su mejor forma

Julia Garay es diseñadora de interiores y al mismo tiempo que practica el ejercicio libre de la profesión es directora de MONOCCINO, un hub donde confluye el diseño, el equipamiento, el arte y también un concept store donde se exhiben marcas como DePadova, Ames y Muuto,  que ocupa una de las esquinas más vitales del encantador pueblo de Manantiales. A propósito del Manantiales Open celebrado la pasada semana santa/de turismo, conversamos con ella y coordinamos la visita a uno de sus recientes trabajos de diseño.

…nací en Rosario y estudié arquitectura en la Universidad Pública pero al dejar la ciudad y cuando ya tenía cursada toda la carrera, abandoné. Siempre trabajé como proyectista en distintos estudios privados y también proyectos para obra pública para edificios culturales, en estos últimos integrando el equipo de los Arquitectos Mario Corea y Silvana Codina. Mi esposo es Arquitecto y por razones laborales nos mudamos a Uruguay, hace ya doce años y luego, cuando el trabajo profesional se cumplió, decidimos quedarnos. De hecho ya llevamos siete años instalados en Manantiales y desde hace cinco años con Monoccino, que opera como estudio, hub para el diseño y el arte y también como concept store…

Monoccino ocupa uno de los edificios emblemáticos de Manantiales que desde una de sus esquinas señala el camino del buen diseño con gracia y calidez que además promueven los valores que identifican al pueblo como una escala vital en el breve y agitado camino del Este uruguayo.

…en Monoccino desarrollamos proyectos integrales de interiorismo, consultorías de styling y color, curaduría y selección de equipamiento para proyectos residenciales y corporativos. Además es un concept store donde ofrecemos objetos y complementos originales de marcas y diseñadores y tenemos también el showroom con marcas como DePadova, Ames y Muuto…

El diseño es idea que se materializa y al corporizarse anima y da sentido a esas formas que animan la escenografía donde transcurre nuestra vida. A partir de esa definición es que se abren los caminos que los mortales recorremos para equipar los espacios que habitamos y en la visión de Julia Garay la opción es muy clara, concreta y apela a la funcionalidad abandonando las estridencias del adorno innecesario. En sus proyectos las formas puras son las que dan sentido a esa idea en la que el –jardín de las cosas- definido por Munari es breve, pero muy intenso.

… Casa 4 es la segunda casa para un habitante que vive en la ciudad y que la habita principalmente en verano donde suele recibir a muchos invitados. Esta casa que nos fue presentada para que desarrolláramos el proyecto interior, es parte de un complejo de casas apareadas ubicado en primera línea en Portezuelo, una zona de la costa donde la primera línea además de contar con increíbles vistas francas hacia el mar, cuenta con acceso directo a la playa. Este complejo, cuenta con cinco casas desarrolladas en tres niveles y con variaciones de distribución entre sí, algunas tienen jardín, otras terrazas y el ingreso se da a nivel de la calle, lo que en algunas de las casas es la planta baja y en otras el subsuelo. En el caso de la Casa 4, la que nos tocó intervenir, el ingreso se da a nivel del subsuelo, donde además de estacionamientos se ubicó un gimnasio privado. La Arquitectura del volumen se da a partir de líneas simples pero en las que juega mucho la materialidad, el hormigón, la madera de lapacho y la piedra que es la misma que está en toda la zona y que entonces me remitió a otras épocas de la arquitectura del lugar.  Nuestra intervención fue total y también pasó por la estructura. La superficie total de la casa alcanzaba, por poco, los trescientos metros cuadrados a los que se sumaban otros doscientos en decks y jardines…

A propósito de la estética general del proyecto, Julia Garay nos comenta acerca de la importancia que asigna a la tarea de conocimiento y estudio previo, del habitante…

… el habitante es un cliente con el que ya trabajamos en otras ocasiones, con lo cual conocemos sus preferencias estéticas y de diseño y que por otro lado suele darnos mucha libertad para trabajar y es muy abierto a la hora de aceptar nuestras propuestas. Trabajar con más libertad te saca un peso enorme y hace que la relación entre habitante/cliente-estudio sea más fluida, algo que es fundamental en procesos largos como suele ser un proyecto de arquitectura o interiorismo y donde además suelen jugar variables muy íntimas de las personas, sus familias y demás consideraciones. Juntos definimos que queríamos una casa en la -nueva punta del este-, que ya no es un balneario sino una ciudad frente al mar, y el desafío era darle una impronta más urbana en un lugar donde predominan los interiores blancos y claros, más playeros. La propuesta fue simple: una casa sin paredes blancas, que sea fácil de mantener y que no tenga un tiempo de obra muy largo. Y ahí empezamos a divertirnos: a explorar posibles paletas y combinaciones. Usamos una aplicación donde nos íbamos compartiendo inspiraciones, ideas, colores, y de ahí fuimos marcando ciertas bases: demarcamos la caja de escaleras que es el único elemento que se repite en los tres niveles y le dimos un color que servirá de base a todos los demás. Otro elemento al que le dimos mucha importancia fue a las cortinas por la cantidad de metros interiores vidriados. Y ahí también jugamos con el color pero también con textura, las cortinas son todas de lino belga, en colores traídos especialmente para este proyecto y usamos un sistema que genera una onda perfecta, liviana y fluida a la vez. Nosotros concebimos el proyecto de manera integral, es decir que definimos un estilo de vida y lo abordamos al 100%, definiendo desde la estética, los muebles, la vajilla, la ropa de cama, los electrodomésticos, etc. Creemos que las casas o los interiores nos definen pero también están para servirnos, con lo cual nosotros somos quienes los definimos y en esa ida y vuelta constante entre nuestros espacios y nosotros, todo aquello que es parte o se suma debe ser coherente. En nuestros proyectos buscamos darle a los espacios esa coherencia que no tiene que ver necesariamente con lujos sino con dotarlos de aquello que quien lo va a vivir necesita para poder llevar a cabo ese estilo de vida y disfrutarlo.

DISEÑO, ESTETICA Y FUNCIONALIDAD

Al tratarse de una segunda casa lo que se buscó principalmente fue armonía entre el diseño, la estética y la funcionalidad. Es decir, sin abandonar cierto estándar de estilo y calidad de vida, buscar la simpleza y la sencillez funcional. Una casa que es fácil de abrir y cerrar, que se puede dejar un tiempo deshabitada sin que eso implique abandono. Cuando entramos a trabajar la obra estaba terminando la etapa de albañilería, y a pesar de vernos tentados por hacer ciertas modificaciones, priorizamos no retrasar los plazos, por eso decidimos hacer intervenciones mínimas que la hicieran más a la medida del propietario pero sin enlentecer los tiempos de los arquitectos. Después solo nos enfocamos en los tratamientos de materiales, texturas, elementos y colores. Vale decir que esta obra se inició en pandemia, con la incertidumbre sobre tiempos y disponibilidad de materiales que ello implicaba, cosa que también influyó en la decisión de priorizar lo práctico. Respecto de la planta original, a nivel arquitectura solo cambiamos la tipología de la cocina que era cerrada y decidimos integrar al ambiente del living, creando así un único espacio de planta baja, completamente integrado. Y es el día de hoy que celebramos esa decisión por cómo está siendo vivido ese espacio. Otros dos espacios que fueron refuncionalizados, fueron el SS, que estaba originalmente planteado como barbacoa y se decidió utilizarlo como gimnasio, y el espacio para albergar un ascensor en el futuro que se utilizó como despojador, lo que permite mantener limpio el espacio único de planta baja.

Acerca de la elección de los muebles,  y la colorimetría, ambos datos llaman nuestra atención al recorrer la Casa 4, descubrimos la creación previa de un guion que narra una historia en colores…

Como el proyecto se hizo en pandemia, con la imposibilidad de contar con ciertos productos  por temas logísticos, y en ese momento con una oferta de mercado bastante limitada, decidimos ir por productos o marcas que conocíamos bien. Todo lo que se usó fue traído de Europa y de EEUU, por diseño y por calidad pero también por nuestra propia experiencia en el rubro. Usamos principalmente productos de DePadova. El living y el comedor se hicieron con Bassam Fellows y las alfombras son de Gan. Todo el exterior es de Ames, diseñado por Sebastián Herkner y producido en Colombia. La lámpara Bombori, también de DePadova, fue traída de Japón.  La cocina se hizo íntegramente en Uruguay, con la particularidad de que en el proyecto original era en madera natural. Al integrar al espacio único decidimos darle también el mismo carácter que al resto del proyecto y la pintamos de ese color rojo ladrillo. Para la colorimetría nos permitimos la experimentación con herramientas digitales y algunas pruebas in situ, pero en general lo que habíamos planeado en estudio quedó tal cual.  Los colores cambian mucho según la orientación, la entrada de luz, las cortinas y todo aquello que refleje en la superficie. Por eso también usamos una pintura que tiene un coeficiente de brillo muy bajo para que los colores puedan expresarse lo más fielmente posible. Cuando llegamos con la propuesta de colores, al pintor casi le da un ataque, pero después empezó a disfrutar el proceso tanto como nosotros. La base de los colores fue la caja de escaleras, que hicimos en verde menta. Tanto ese plano como el opuesto tienen ese color. La cocina la definimos en un rojo ladrillo muy fuerte y en el centro buscábamos un juego de colores entre los dos niveles de cielorraso. Otro elemento muy fuerte es la caja que contiene toilette y despojador, que se separa del resto en un amarillo huevo. Y después, para no sumar visualmente un elemento, neutralizamos la estufa de alto rendimiento pintando de negro la pared del fondo. En ese ambiente, los colores más neutros están en los muebles, donde decidimos contraponer colores claros y madera con algún acento, por ejemplo la poltrona en un tono mostaza o el tapizado en cuero de las sillas de roble.El dormitorio principal fue la gran jugada, donde trabajamos el mobiliario y las paredes todo en un mismo tono sobre tono de verde botella muy oscuro y las cortinas en una gama complementaria. El juego se genera porque el cielorraso es más oscuro que las paredes y las aberturas más claras. Es un recurso que utilizo bastante porque le da mucho carácter a los espacios.  Los dormitorios de invitados se trabajaron con un celeste intenso, es el más playero de los espacios. Las cortinas también en un amarillo complementario, y tanto el cielorraso como el plano de las camas en un gris plata. Aquí le dimos un acento con las butaquitas rosadas.  Otros detalles que tienen que ver con el color son por ejemplo las aberturas de planta alta, que se trataron en un verde más oscuro que las paredes del pasillo generando un efecto interesante; todos los elementos utilitarios, como ser accesorios de baño, llaves de luz, herrajes, se hicieron en color negro. Las toallas, sabanas, tazas y demás elementos de la casa se compraron en una gama de grises. En los muebles del exterior, trabajamos con una combinación de color rosa nude y ladrillo, que se recorta divinamente sobre el fondo del mar azul y juega muy bien con los colores del interior a la vez que se mezcla con el color de la madera de los revestimientos. La estrategia de la caja de colores y los muebles neutros, responde básicamente a mi reflexión de que es más fácil y económico pintar una pared que cambiar un mueble. Es como tomar un lienzo, intervenir y si no estás contento con el resultado, lo puedes volver a intervenir. Otro debate que entiendo necesario dar, es el rol del arte en los interiores. En un momento planteamos que las obras de arte deberían ser en blanco y negro, desde un punto de vista estético. Desde lo artístico es quizás más discutible. Igualmente creo que quizás no necesita de muchos elementos más ni tampoco le agregaría arte, encuentro armonía en su colorida simplicidad, aunque eso ya me excede porque es una obra entregada y quien la vive hoy es quien sabrá si algo le falta o le sobra, yo puedo acompañar y asesorar la decisión pero nada más. Que el habitante una vez entregada la obra te llame para preguntarte qué agregarías o sacarías me parece súper valioso y respetuoso de su parte, más allá de lo que haga luego.

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