Rencontrarse con el arquitecto Javier Gentile, supone un baño de energía y sorpresa que anima y motiva. Sucede que es un hombre que irradia energía y la trasmite naturalmente. Contagia. Siempre. Recorrer sus obras nos permite constatar que su trabajo logra el mismo efecto y es el caso de esta reforma ubicada en una urbanización ubicada en uno de los tramos más intensos y plenos del Manantiales rural. Todo en este lugar nos conmueve. Percibimos la escala en una dimensión sobrenatural, la calidez y la armonía construyen atmósferas increíbles en las que la vida, resulta maravillosa.
Caminamos por la casa junto a Javier, y su pasión mientras describe su trabajo lo desborda; palabra tras palabra, la pasión gana la partida. Desde el jardín los volúmenes lucen imponentes, con alturas llamativas que asignan categoría de templo a una estructura concebida para vivir. Dentro de la casa la percepción es otra, la escala se dimensiona para contener, abrigar y proteger. Todo es especial, algo allí te hace sentir bien… madera, hierro, detalles a cada paso, todo esto mientras Gentile habla sin parar mientras se mueve de un lado a otro con una energía ciertamente envidiable.
«Los habitantes de esta casa son ahora amigos míos y de mi familia. Dónde más intervine es la parte del cuarto de estar, el parrillero, la zona exterior, la pileta, los espacios comunes, la bodega, la cocina, la casa de huéspedes y el diseño de interiores… la casa estaba hecha, la compraron y querían reformarla: así la conocí, y en función de las necesidades de sus nuevos habitantes, generé esto que pueden ver”.
Las generosas vistas -típicas de la zona- se integran de manera sutil y natural a la casa, mientras la caminamos la luz solar y aquel verde tan particular se hace presente a cada paso creando atmósferas particulares en las que el tiempo se ralentiza y entonces la experiencia emocional se potencia. Y así debemos definir al estilo Gentile de diseñar, proyectar y construir. Detalles que la obra de Gentile mantiene en el tiempo, como sus clásicas mesas rústicas o el rescate de piezas del pasado, adaptadas al mundo de hoy; como aquella casa, que hoy es otra.
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Redacción Diego Flores
Fotografía José Pampín
