Walmer en el Venetian
Fotografía: José Pampín Robles
Texto: Diego Flores
El título del viejo film que hacía referencia a un lugar llamado Las Nubes regresó a nosotros mientras recorríamos la unidad especial que en una de las nuevas torres de la Mansa diseñó y equipo el Departamento de Diseño de WALMER. Se trata de una experiencia singular donde las vistas conmueven y la espacialidad propuesta sugiere algo así como la vida en El Olimpo.
Las torres recientemente incorporadas al skyline de la playa Mansa en Punta del Este, abren todo un catálogo con opciones para el equipamiento donde el buen diseño derramó ejemplos a tener en cuenta. De las numerosas unidades en las que intervino el Departamento de Diseño de WALMER escogimos esta que por sus especiales características llamó particularmente nuestra atención. Se trata de una unidad conformada por la unión de dos apartamentos que ocupan la esquina sur del piso 13 de la torre. Nuestro anfitrión, Héctor Liberman, Director General de WALMER, nos comentó acerca de las particularidades del proyecto.
… nuestros clientes, un matrimonio con hijos grandes que no viven con ellos, adquirió dos unidades en el pozo y en el mismo momento nos encargó el proyecto general del equipamiento, circunstancia que hizo posible que participáramos en el proyecto de integración de las unidades, generando una nueva planta. Esta posibilidad enriqueció nuestro trabajo y de esa forma fue posible abordar el proyecto lumínico y de acondicionamiento térmico, el revestimiento general para pavimentos, paredes y cielorrasos y por supuesto, en la elección de las piezas de mobiliario que hoy conforman la particular escenografía de un gran apartamento equipado para ser habitado todo el año…
La estructura perimetral de la Torre se basa en grandes ventanales enmarcados en aluminio anodizado color negro. Esos grandes marcos subrayan las vistas que hacia el sur llegan hasta el nacimiento de la Mansa, con el ingreso a Punta del Este y hacia el Este llegan hasta el extremo de la península. El gran ambiente social logrado al integrar los dos livings originales propuestos por la planta original, generan una situación excepcional, un área de aproximadamente cien metros cuadrados que se apoyan en dos terrazas, una a cada lado. El sector del living está conformado por tres grandes sofás desestructurados, tapizados en color gris y complementado con butacas italianas. La pared que contiene a este sector de dialogo fue revestida en mármol negro con delicadas vetas blancas. Una enorme alfombra tejida y decorada con motivos abstractos señala al lugar que convoca para llegar, estar y permanecer.
El comedor se ubica en otro extremo del gran ambiente, separado delicadamente por una encantadora mesa bar de franca inspiración danesa y se organiza a partir de una gran mesa circular con un importante trabajo artesanal en la base que es de madera, igual que la cubierta. Diez butacas completan el espacio coronado por una luminaria circular de alto impacto visual.
Las vistas resultan innegables, desde cualquier lugar del fantástico living comedor, situación que fue aprovechada al máximo por los diseñadores que al elegir las piezas de mobiliario pensaron en la necesidad de buscarlas permanentemente. La iluminación cenital es muy delicada y se limita a operar como gran marco para el lucimiento de las luminarias de apoyo y de colgar, todas en color negro, que se distribuyen estratégicamente en el perímetro de la gran sala.
Cocina y antecocina se vinculan espacialmente con un estar diario que cuenta con una terraza independiente que por su ubicación en la fachada de la torre cuenta con protección, lo que supone que su habitabilidad opera todo el año, independientemente del clima.
Uno de los dormitorios fue transformado en estudio y se vincula espacialmente con los dos vestidores que franquean el paso hacia la suite principal, con orientación sur.
Las piezas de mobiliario seleccionadas para este proyecto evitan los ángulos rectos que entonces solo se perciben en la estructura general de la torre. Líneas suavemente redondeadas animan las formas que dan vida a la escenografía para que los habitantes experimenten esa rara sensación diaria de estar dando cada vez, cuatro pasos en las nubes…