Conocí a Federico en circunstancias extraordinarias, él se presentó como artista plástico y estaba por viajar a México a entregar una obra por encargo muy importante. La ansiedad y entusiasmo con la que Benites me hablaba de su obra, de su trabajo, de su vida llamó mi atención. El viaje era celebrado como irreductible. Tiempo después, su obra vuelve a mi, y entonces al reencontranos todo aquello que había pasado sirvió de prólogo para esta nota.
La obra de Federico Benites, en dónde destaca la madera, abre muchas puertas a la hora de hablar con él. Habitan en su trabajo cosas que de alguna manera me retrotraen y encuentran en lo que asumo como mi país.
“Nací el 13 de julio de 1979, tengo 43 años. Viví toda mi niñez en el barrio Sur que es el barrio que me vio crecer, el la calle Paraguay y la rambla. Tengo el mejor de los recuerdos de mi infancia, antes sin el predominio de la tecnología se vivía una infancia distinta a la de la actualidad, jugaba al futbol todo el día con los chiquilines del barrio y mis hermanos( tres hermanos varones) y andaba en bicicleta todo la otra mitad del día, mucho contacto con los otros niños.
Barrio sur es un lugar mágico, con las llamadas en febrero y los tambores, arte urbano expresado por todos lados sonidos colores de trajes, muros pintados, la calle Carlos Gardel tan pintoresca, el sonido del tambor retumbando en esas calles.
Siempre fui muy observador, me gustaba ver todo, hasta el día de hoy, distintas ópticas distintas realidades.
Creo que de ahí nació mi amor por el arte, de poder ver, poder darse cuenta que todo es arte, desde una vestimenta una interpretación musical, teatral, la forma de hablar, todo”.
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Redacción Juanchi Flores
Fotografía Federico Benites
