La apertura de Cipriani Ocean Resort, Club Residences & Casino Punta del Este supondrá la recuperación formal de las míticas instalaciones del viejo hotel SAN RAFAEL, añeja estructura que todos asociamos al nacimiento de Punta del Este como principal balneario sudamericano. La gesta a cargo del grupo Cipriani y con el proyecto de Rafael Viñoly y su Estudio, ha sido motivo de profundas y hasta ofuscadas discusiones pero el tiempo transcurrido, atravesando una singular crisis sanitaria, nos regresa a la idea original de reconstruir el viejo portento Tudor actualizado a las demandas y particularidades de un tiempo que es otro. La tarea de diseñar sus interiores fue confiada al Estudio de Hassen Balut que con su equipo multidisciplinario ha dedicado más de dos años al estudio detallado de cada rincón del nuevo portento que el próximo año promete reeditar el suceso de su primera vez, en el año 1948, siglo pasado. El sueño de Giuseppe Cipriani se hace realidad.
El sueño de Giuseppe Cipriani comenzó a tomar forma cuando en febrero del año 2018 y luego de largas negociaciones concreta la compra del viejo Hotel San Rafael. Para entonces ya llevaba varias reuniones con el Arquitecto Rafael Vignoli a quien convocó especialmente habida cuenta de la importancia que asignaba a esta nueva perla que agregaba a la cadena familiar. La idea de construir un complejo residencial, comercial y turístico rápidamente tomo forma y luego de numerosas presentaciones, intercambios con la administración municipal y con los vecinos, se determinó la reconstrucción del edificio tudor y la construcción de tres torres. La crisis sanitaria global supuso una ralentización en el proceso, momento para el cual la vieja y deteriorara estructura ya estaba demolida. Es importante destacar que si bien las especulaciones a propósito de la viabilidad del emprendimiento fueron muchas y de variada naturaleza a lo largo de los últimos dos años Giuseppe Cipriani en ningún momento se cuestionó y se mantuvo trabajando, activamente, preparando el inicio de las obras que tiene al hotel tudor en una versión renovada pero que respeta fielmente al modelo original. Esta temporada enseña los primeros avances de una obra compleja que se anuncia pronta para el año 2025.
Las tareas en las que ha sido posible avanzar pasan por la concepción espacial de los nuevos interiores, tarea en la que Giuseppe Cipriani participa directa y activamente con el Estudio Balut a quien encargó el proyecto general de interiorismo. Cuando Hassen Balut ganó el concurso para diseñar el proyecto integral de los interiores de Cipriani Ocean Resort, Club Residences & Casino Punta del Este, en San Rafael era consiente que se trataba de un trabajo especial, intervenir en las instalaciones recreadas de la leyenda de Punta del Este, el viejo hotel San Rafael. La decisión de Giuseppe Cipriani que junto a Rafael Viñoly decidieron poner punto final a la discusión generando la reconstrucción de la mítica estructura, fue osada y seguramente cuestionada por muchos que con escepticismo pensaban que no era posible. La pandemia ralentizó las obras y complejizo el negocio que sustentaba la obra y aun así, el profundo amor de Cipriani por Punta del Este, su compromiso asumido y esa personalidad singular que lo define mantuvieron encendida la llama del proyecto que ya está en obra. Tanto así que desde hace ya dos años se trabaja en el proyecto del diseño de sus espacios interiores y exteriores. La estructura que se construye recrea con sorprendente fidelidad el modelo original, corrigiendo los errores de escala que en su momento señaló Viñoly y en esencia el portento tudor regresará por toda su gloria con más y mejores detalles que el original, mejorando la calidad espacial de las habitaciones y respetando fielmente las áreas sociales que en definitiva son las que todos extrañamos.
Las primeras conversaciones entre Balut y Giuseppe Cipriani trataban acerca del carácter de la obra y entonces eran al menos dos los caminos a tomar. El primero de ellos pasaba por atenerse y recrear la estética que la cadena Cipriani ha impuesto como un sello en todos sus edificios en el mundo. Otra opción consistía en recrear la estética del viejo edificio original y el espíritu de la época a la que refiere. Y Balut estaba convencido que esta última era la decisión correcta. Y finalmente Giussepe Cipriani, también. El estado ruinoso en el que se encontraba el hotel cuando el grupo Cipriani lo adquirió ofrecía una suerte de abandono con claras señales de decrepitud. Al margen de esa condición, el relevamiento de las habitaciones presentaba una clara distancia entre épocas marcando la diferencia conceptual en el concepto del confort. Las pequeñas habitaciones, austeras en su concepción, no podían en modo alguno competir con la calidad espacial que actualmente domina la escena hotelera. Ahora bien, ¿Por qué resulta importante reconstruirlo? Esta pregunta que para muchos resonaba con insistencia en la calle y en los medios guardaba relación con la memoria del paisaje y con la referencia que en la playa brava, en la zona que daba nombre al hotel, imponía este pequeño castillo que a mediados del siglo pasado fue símbolo del auge y esplendor de Punta del Este, convirtiéndolo en uno de los hoteles de mayor prestigio en el continente. Comenzó a construirse en el año 1945 por iniciativa de Laureano Alonso Pérez, José Pizzorno y Antonio Lussich, fundadores de la firma Fomento de San Rafael. Y el edificio a construir entonces fue encargado a los Arquitectos Octavio de los Campos, Milton Puente e Hipólito Tournier, quienes optaron por un diseño Tudor para la estructura.
EL ESTILO TUDOR
La decisión del proyecto original seguramente se relaciona con la gran influencia que el estilo tenía en la época en Buenos Aires, donde se lo asociaba al espíritu británico y a la alta sociedad. Tratándose como se trataba de un hotel de playa, la idea de generar una estructura asociada a la aristocracia ofrecía un éxito seguro con los veraneantes argentinos. El Tudor es un estilo arquitectónico que corresponde con el desarrollo final de la arquitectura medieval en Inglaterra, durante el período de gobierno de la dinastía Tudor, (1485- 1603). Su vigor y especiales características le permitieron trascender a su época y continúo vigente conviviendo primero con la arquitectura renacentista en Inglaterra y recorriendo el mundo como una clara referencia de la mancomunidad de naciones británica. Su sobrevivencia se debe al fenómeno de asociación que el estilo tiene con el gusto de la clase aristocrática y entonces es referencia de estatus y condición social. El Estilo Tudor tomó y continuó muchos conceptos góticos, en particular de lo que se llamó estilo Perpendicular o gótico tardío.
Sus gestos más significativos y distintivos pueden verse en el arco bajo Tudor y las ventanas oriel, sellos inconfundibles de esta época y de su arquitectura. Respecto a las ventanas oriel, se pueden reconocer porque sobresalen de la estructura y se sostienen mediante ménsulas, que según la forma que tengan, será el modo final que adquiera la ventana. Puede ser redondeada o como bow window, que cuenta con tres caras rectas. La presencia de la madera, en sus entramados y en el visible protagonismo en la fachada, es infaltable. Las molduras son una constante, sea en exteriores o en el interior y hay una tendencia a permitir el follaje o enredaderas naturales sobre alguna de las paredes en exterior. Las arcadas en punta de todas las aberturas, que provocan grandes accesos con salas de considerable tamaño y que pretendían ser imponentes, son otra característica que se sigue implementando, aunque coincidiendo con tendencias actuales, como el espacio abierto, entre otras. El arco de entrada es uno de los elementos más importantes para que una estructura sea considerada dentro del estilo. En las conversaciones que recordamos haber mantenido con Viñoly a propósito de la inquietud por mantener esta referencia estética, recuerdo sus comentarios a propósito de la vigencia del estilo y también de la necesidad de revisar y corregir los errores de escala que presentaba el edificio, lo que veremos el próximo año es un nuevo edificio que en realidad es el mismo, actualizado, revisado, aggiornado. Y ahora, cuando el proyecto de Viñoly ya está en marcha, la antorcha que defiende al estilo y carácter que demanda la obra, la sostienen bien en alto el Giuseppe Cipriani y Hassen Balut.
CIPRIANI OCEAN RESORT, CLUB RESIDENCES & CASINO PUNTA DEL ESTE
El nuevo viejo hotel es la estructura central de un complejo que se prevé incluya además otras tres torres de gran altura. El concepto del lujo original que ofrecía el viejo Hotel San Rafael a mediados del siglo pasado ahora es revisitado por Hassen Balut que lo re interpreta manteniendo líneas, subrayando gestos y aportando la vitalidad de diseñadores italianos, franceses y brasileños que representan al buen diseño del siglo pasado en clave de contemporaneidad. Y pocas cosas se nos ocurren tan difíciles en nuestros días como definir al lujo. En términos espaciales puede medirse en metros cúbicos, esto es largos, anchos y alturas. En términos de distribución, en el carácter definido de las formas que articulan la estructura para trasmitir los valores sobre los que la buena arquitectura se apoya, poesía, magia y misterio, tiempo. Y recorrido. El lujo, en tanto exhición o manifestación de riqueza, en este proyecto de Hassen Balut se presenta desde una idea que apela a todos los sentidos y se apoya en conceptos sólidos que refieren a épocas y apelaciones que se relacionan con el espíritu Cipriani de hacer las cosas y actualiza, en niveles no conocidos en nuestro país, el fenómeno del confort en niveles superiores.
En el proyecto de Balut se incorporan algunos muebles diseñados y fabricados bajo la supervisión de Frank, que son raras avis que disfrutaremos en Punta del Este y el resto son fabricados bajo licencia original. Frank trabaja con Alberto Giacometti, Hermés, Christian Berard, Paul Rodocabachi y Emilio Terry, desarrollando diseños de espacios interiores para las familias más ricas de los Estados Unidos y también para celebridades como Cole Porter, los Rockefeller, los Guerlain y para la familia Born en la Argentina. La referencia al diseño de Frank es clave para entender al lujo y el gusto de las familias adineradas en la Argentina. A finales del año 1920 Jean-Michel Frank entabla relaciones con Ignacio Pirovano, en París, Francia. Pirovano fue un importante diseñador de interiores, curador del Museo Nacional de Arte Decorativo y, hacia el año 1932, fundador y director de la compañía Comte, en Buenos Aires. En la Argentina Frank diseña, proyecta y supervisa distintos proyectos privados y comerciales. Ya instalado en Buenos Aires en el año 1940 Jean-Michel Frank mantuvo su departamento en el piso superior de la compañía Comte, para la cual se desempeñaba como director artístico También visitó a varios de sus clientes previos, incluyendo la familia Born, cuya mansión en el norte de Buenos Aires se mantiene como su proyecto único más importante y que fuera expuesto en el Salón Porte de Versailles en París. Junto con Comte, realizó importantes trabajos en Mar del Plata, Córdoba y Buenos Aires para el empresario industrial Friedrich Mandl. También realizaron una gran cantidad de interiores tanto para particulares, empresas y el Estado Nacional. Diseñaron también el lobby y varios departamentos del Edificio Kavanagh, ubicado frente a la Plaza San Martín, Buenos Aires.
En Bariloche, junto con Alejandro Bustillo y la Casa Comte trabajó en el proyecto del Hotel Llao Llao. Jean Michel Frank es un diseñador reconocido a nivel mundial y considerado una gran influencia y fuente de inspiración para el mundo del diseño contemporáneo. Aporta al Cipriani Ocean Resort, Club Residences & Casino Punta del Este una estética refinada que es la gran referencia estética para el proyecto todo. Las salas de la planta baja del nuevo viejo hotel replican la planta original, con lo cual nos encontraremos con la misma arquitectura y una escena absolutamente refinada y cuidada al detalle. La modificación en la estructura interior aparece en las habitaciones que ocupan las planta superiores. Allí el espacio mayor y el refinamiento se mantiene. Las habitaciones cuentan con hogares cuyos frentes replican el trabajo del maestro suizo Alberto Giacometti. Y el equipamiento general, se nutre de las piezas de los franceses Jacques Adnet, Adolphe Chanaux, Jacques Quinet, los italianos Paolo Buffa y Gio Ponti y los brasileños Lina Bo Bardi, Joaquim Tenreiro y Sergio Rodríguez.
REDEFINIENDO EL LUJO
En los días que vivimos el lujo se aleja de la manifestación de riqueza para convertirse en la experiencia de hacer las cosas bien, con respaldo conceptual y con calidad incuestionable. El trabajo que se percibe al acceder al proyecto de interiorismo del nuevo-viejo hotel enseña una labor antropológica que logra llegar hasta las raíces para rescatar los valores estéticos que definieron a este mítico emprendimiento a mediados del siglo pasado y que ahora son puestos en valor considerando la nueva concepción del confort que se define en nuestro tiempo. El proyecto, ya en curso, nos da cuenta de una experiencia que resultará vital para la vida de Punta del Este, donde la experiencia de habitar el nuevo hotel, o cenar en sus restaurantes, visitar alguno de sus bares, rescate el fasto que en su momento lo definió como un lugar exclusivo y excluyente. Enhorabuena.