Realizado por el estudio Dealma, este departamento en Madero Harbour, Buenos Aires, a orillas del Río de la Plata, a cargo de los arquitectos Javier y Gerardo Gentile junto a la arquitecta Flavia Benzo, conjuga dramatismo, diseño e imponencia.
Desarrollado en lo que en el planteo original eran tres departamentos, los arquitectos intervinieron de la mejor manera posible para generar buenos espacios a pesar de las bajas alturas y los cruces de vigas del planteo original.
La intervención incluyó el diseño de muebles, desde los sillones Chesterfield, banquetas, puf tipo Padova; el diseño de las paredes de espejos y el diseño del revestimiento buñado de paredes, que además disimula varias tapas de acceso en muebles-pared generando una continuidad con las carpinterías que separan la sala del comedor.
Colores fuertes y oscuros se mezclan imponiendo carácter y personalidad a los dramáticos ambientes, en los que rojos y negros marcan la pauta. Los cielorrasos están revestidos con damascos de papeles importados dorados, plateados, floreados o rayados según cada habitación.
En el comedor, la suntuosidad está presente en cada detalle; desde la luminaria anillada de cristal que parece repetirse gracias al juego de espejos, hasta el contraste de blancos y negros de superficies pulidas del mobiliario. La mesa de mármol es diseño del arquitecto Gerardo Gentile, así como la ambientación de toda la casa y la elección de muebles como las sillas de comedor de Roche Bobois, del diseñador Song Wen Zhong.
El pasillo de acceso también está empapelado íntegramente en papel importado, en el que la pared espejada se extiende hasta allí, tomándola por completo.
Las habitaciones tienen el mismo recurso compositivo en cuanto al uso del papel en paredes y techo, además de los muebles hechos especialmente para cada espacio. La suite principal, oscura y masculina, se compone de un gran respaldo de capitoneado geométrico, que contrasta con el juego de arañas de caireles y con el imponente cuadro lateral.
La mezcla de papeles oscuros con rayas y arabescos caracteriza la habitación del varón, marcando un estilo fuerte y rebelde; mientras que en el de la niña, tonos y estampas florales y suaves marcan el espíritu joven.
En la terraza, la atípica piscina revestida con venecitas rojas sigue la misma estética del departamento. En el sector verde, se dispuso irónicamente una vaca comprada en una subasta de Buenos Aires sobre la cuidada gramilla.
Fotografía Estudio Dealma