Signo Interiorismo, el estudio liderado por la arquitecta Rafaela Keuliyan, sorprende en esta intervención al aplicar en el diseño residencial a un programa distinto: un edificio de oficinas industriales de más de seiscientos metros cuadrados ubicado sobre la Ruta 101. Este proyecto, conocido como TRAXPALCO, representa un cambio de paradigma para el estudio, motivando al equipo de SIGNO Interiorismo a replantearse el espacio y el propósito. La obra no sólo redefine el enfoque del Estudio, sino que se enfrenta a un desafío de integración arquitectónica y estética, en un contexto donde el diseño debe dialogar con el paisaje en movimiento constante de la ruta y la actividad vial de Uruguay.
En la concepción de TRAXPALCO, el interiorismo trasciende su rol habitual para colaborar en la narrativa visual del edificio. El estudio ha sabido comprender que la ubicación estratégica de la obra no es un simple dato; es una pieza fundamental del diseño. Los amplios ventanales que miran hacia la ruta convierten al flujo vehicular en una extensión del espacio interior, mimetizando con el entorno. Este enfoque de apertura visual no es solo una solución práctica, sino un acto de comunicación: refleja la identidad de la empresa constructora y su compromiso con la infraestructura vial del país.
Desde los primeros bocetos, Signo Interiorismo se involucró en decisiones estructurales, de acondicionamiento y de materialidad del edificio, logrando que cada elemento del interiorismo se mantenga en sintonía con el todo arquitectónico. Esta participación temprana permitió al estudio elaborar un diseño cohesivo en el que cada espacio interior dialoga naturalmente con la estructura, integrándose en una propuesta robusta y funcional, sin dejar de lado la dimensión estética. El diseño interior de TRAXPALCO se inspira en lo industrial sin caer en la frialdad del minimalismo industrial tradicional. Los materiales elegidos, como el metal y la madera, introducen un contraste visual y táctil que equilibra lo funcional con lo acogedor. La elección de estos materiales es un acto deliberado que aporta calidez y logra una atmósfera laboral que, sin perder el carácter firme e imponente que demanda la actividad de la empresa, invita a la comodidad y a la permanencia. Los colores oscilan entre tonos neutros y profundos, generando un fondo sereno y profesional que enfatiza la importancia de la empresa en el espacio.
La iluminación –tan esencial en espacios de trabajo– fue tratada con gran atención. Signo Interiorismo ha diseñado un sistema de iluminación adaptable, con luz natural y artificial que no solo potencia la estética de los materiales, sino que también optimiza el confort visual para los trabajadores. En conjunto estos elementos transforman al lugar en un espacio donde el diseño no es solo funcionalidad, sino una declaración de identidad corporativa. Cada detalle de esta obra enseña el talento de Rafaela Keuliyan y su equipo para convertir un entorno laboral en un espacio significativo.
Fotografías Santiago Chaer