La intervención de Fraenkel en una viaja casona de Carrasco se realiza en etapas y consistió en recuperar atmósferas, actualizarlas y regresar a la idea original de una construcción que en sus últimos años había albergado a una empresa comercial y entonces funcionaba como oficina. Los nuevos habitantes se enamoraron de la casa, su forma y su ubicación, sus características particulares generaron ese vínculo que es necesario para que la relación resulte plena. A partir de ese sentimiento espontáneo todo comenzó a fluir y así, al momento de arribar la Diseñadora Nathy Fraenkel a la historia sólo se trataba de recuperar aquella visión original de un edificio destinado a contener, abrigar y proteger a una familia. El destino último de la casa demando una fuerte transformación, allí funcionaban las oficinas de una empresa, con lo cual el proyecto de Fraenkel les permitió a los nuevos habitantes un intenso viaje de conocimiento hacia las líneas originales de una casa que presentaba todo lo que ellos deseaban para su nuevo hogar.
Como debe ser, las reuniones de trabajo con la Diseñadora se basaron en la idea que de la casa traían consigo los habitantes. Fue así que en los planos de Fraenkel casi de inmediato surgió una planta que establecía que se trataba de una cocina con dependencias para vivir. La intervención en la estructura de la casa generó una gran cocina integrada con un hall de salida hacia el jardín, incluyendo un gran comedor, todo integrado.
Los habitantes soñaban con una cocina color gris con lo cual la atmósfera resultante devino en un estilo clásico industrial. Para el pavimento se eligieron baldosas calcáreas pintadas a mano, manufacturadas en Marruecos que se importaron especialmente por intermedio de le souk deco. La carpintería fue diseñada a medida y construida por los carpinteros que suelen trabajar con Fraenkel, con acabado en laca gris, con puertas y cajones con marcos, en un estilo clásico que recuerda a las viejas cocinas de antaño. Las paredes de la zona de trabajo de la cocina se revistieron con cerámicas white frost de Bagno and company y las mesadas se resolvieron con itop gris construidas por de Marcelo De Marco. Para apoyar la generación de la atmósfera deseada, las aberturas originales fueron sustituidas por piezas de hierro con vidrios repartidos, la estructura se pintó de color negro. Se generó un mueble vajillero que se ubicó de modo tal que actúa de contrapunto con el área de trabajo. El mobiliario fue todo un tema. Se optó por una mesa de pinotea reciclada, rediseñada a medida y sillas de cuero en tono dulce de leche de Ashley store. El gran espejo tambien fue elegida en Ashley.
… lo mas difícil de esta proyecto fue generar un espacio cómodo e integrado pero que no molestara el paso porque esta es la única salida hacia el jardín. En el jardín el pavimento era de piedra y contaba con una gran fuente, lo que fue reemplazado por césped y platas que cubre toda la superficie. Creamos un espacio de galería dispuesta de manera perpendicular a nuestra cocina comedor con una pérgola en hierro y madera donde revestimos toda la fachada de parrillero y bajos mesada en madera alistonada generando una única unidad. Las mesadas en este espacio intermedio son, igual que en la cocina principal, de itop negro, el revestimiento de las paredes son también de Bagno and company, la mesa la diseñamos a medida y fue fabricada por Incasa y las sillas las encontramos en vivai. En este sector el pavimento es de hormigón lustrado.
Fotografías Debora Elenter