Las habitaciones y espacios comunes de los hoteles son espacios que tienden a parecerse mucho entre si, están concebidos para albergarnos por apenas unas horas. El desarrollo de la actividad hotelera en Uruguay ha significado la actualización de conceptos y en el proceso ha recibido la atención del diseño que ha encontrado en estos proyectos un notorio desafío, convertir los “no lugares” en escenarios distintos, singulares. La modalidad “boutique” para estos establecimientos se apoya en la idea de generar experiencias sensoriales personalizadas. En nuestro país, la diseñadora Liliana Di Lorenzo se ha especializado en estos proyectos y su trabajo en el HYATT Centric le ha significado el reconocimiento a nivel local e internacional.
El trabajo de la diseñadora Liliana di Lorenzo en el proceso de instalación del HYATT Centric se basó en la creación del sentido de lugar que el proyecto demandaba. A la vez de intervenir en el proyecto de interiorismo, tarea que desarrolló en cooperación con los arquitectos que proyectaron el edificio, Di Lorenzo trabajó en el desarrollo del concepto de un hotel que pretendía reflejar la cultura de la ciudad. Es así que el trabajo de la interiorista se basó en la captación de referencias al arte y la manufactura local, concibiendo atmósferas lumínicas, seleccionando materiales, texturas, formas y colores para generar ambientes singulares, acogedores y atemporales. Algunos muebles y herrajes exclusivos emergieron de su mano alzada para ser ejecutados de modo artesanal en tradicionales talleres locales. Algunas alfombras reinterpretan el clásico azulejo “pas de calais”. La evocación a las fuentes del arte uruguayo también se extiende a otras alfombras y luminarias de mesa de las habitaciones, ambas inspiradas por obras de arte abstracto nacional.
“... aquello que se percibe visualmente al recorrer un espacio, podrá ser recordado; pero lo que es experimentado sensorialmente es la cualidad que lo volverá memorable… “ afirma Di Lorenzo al tiempo que nos agrega: “...un espacio interior será un lugar existencial si produce una atmósfera autentica, una sorpresa a ser descubierta, un secreto a ser develado, en definitiva: siempre que cuente una historia, solo así se podrá establecer una conexión emocional entre las personas y estas con el entorno, generando una experiencia. Este es el fin del interiorismo, trabajar con lo que el habitante vivirá y experimentará, no con lo matérico.”
Desarrollar el concepto del Arte, involucrándolo en la puesta en escena de los diferentes ambientes de un gran hotel como el Hyatt Centric fue una de las tareas más intensas que experimentó Di Lorenzo. Para ello articulo el proyecto en tres ideas fuerza: la idea de arte como “decoración” según se entiende para este estilo de hoteles que no son coleccionistas, la necesidad de establecer una conexión sensible entre los espacios y el huésped – visitante, y la realidad del concierto de los artistas locales, muchos de los cuales eran reticentes a realizar obras por encargo. Para la labor de curaduría, la diseñadora apeló a su vocación innata por el arte y al dialogo fluido que mantiene con los pintores, escultores y artesanos, elaborando un meditado plan colaborativo que dio vida a una colección tan original como disruptiva, incluyendo reproducciones “glicee” de tecnología digital para los murales, así como obras únicas especialmente concebidas en cuanto a la temática, materiales, soporte y técnicas, que se presentan ante el visitante como un reflejo de nuestra identidad. Esto ultimo permitió alcanzar uno de los el objetivos principales del cliente quien esperaba además del confort global, ofrecer un hotel único, inmerso en la cultura de la ciudad de Montevideo.
Fotografías José Pampín
