Inés Artagaveytia y Verónica Bosch, son socias fundadoras del estudio de diseño y decoración “La Puerta de al Lado”. Sucede que comenzaron a trabajar juntas en el año 2013, año en el que se conocieron de manera muy particular, siendo vecinas: de ahí el nombre del estudio, que luego incorporó a dos arquitectas más y una diseñadora industrial.
…creemos que es fundamental trabajar siempre en conjunto con nuestros habitantes, estimular que se involucren y formen parte del proceso. Esto nos permite realizar un proyecto personalizado y único para cada familia, además de generar un lindo vínculo personal con cada uno de ellos…
Cuando un habitante se enfrenta a la construcción de una casa o una reforma, siempre tiene que tomar muchísimas decisiones, desde la distribución general de los ambientes, revestimientos exteriores e interiores, iluminación, eléctrica, etc… Todo esto, a veces genera mucha ansiedad e inseguridad y, entonces, lo que debería de ser un proceso disfrutable, para algunos se convierte en motivo de nervios y estrés.
…una parte importante de nuestro consiste en facilitar y ayudar a nuestros habitantes en la toma de decisiones, con lo que generamos una experiencia muy rica y en consecuencia disfrutable. La idea es que nuestra incorporación al proyecto se traduzca en un aporte valorable ya que estamos detrás de todos los detalles y ayudamos a tomar decisiones concibiendo el proyecto en su globalidad. Vemos a la casa en su conjunto: arquitectura y diseño interior. Logramos que se tomen las decisiones en armonía con lo que va ser la totalidad de la casa, a diferencia de pensar cada ambiente por separado. Pensamos en un todo, la estructura de la casa junto con su diseño y decoración. En esta magnífica casa realizada por el estudio Gómez Platero, ubicada en el entorno del World Trade Center, comenzamos a trabajar en conjunto con los habitantes y fue posible que accediéramos con nuestro proyecto al proceso de construcción con lo cual participáramos de las decisiones que se debieron tomar en la obra, lo que facilitó mucho nuestra intervención y por supuesto, el resultado final.
Los habitantes de “La Puerta de al Lado” en esta obra son una familia numerosa y este dato estuvo presente en cada detalle del proyecto que además atendió una demanda básica: debían generar ambientes para una casa moderna, acogedora, funcional y práctica. Para el comedor, por ejemplo diseñaron una gran mesa con una tapa de roble, bases de hierro y sillas -cómodas y resistentes-. Las dos grandes lámparas de hierro que instalaron, se diseñaron y fabricaron especialmente para la casa. El aparador pertenecía ya a los dueños de casa, se mandó laquear de un tono verde seco. Se eligió un tono de cemento lustrado en el frente del hogar para que fuera de la mano con los tonos de las paredes, los tapizados y las cortinas.
En la zona del living se reformaron y retapizaron los sofás, que los habitantes ya tenían con un lino en tono beige, y se utilizaron almohadones con distintas texturas en tonos tierra, que complementan a la gran alfombra. La mesa de raíz con la que los dueños ya contaban, se complementó con una mesa en hierro con tapa de cemento para ampliar el espacio de apoyo.
La cocina es un espacio fundamental para la familia. Se participó al estudio en la elección de la mesada y el tono de los muebles, procurando lograr una cocina luminosa y cálida, ya que el estar se encuentra integrado y es allí donde sucede gran parte de la vida familiar. Se optó por unas banquetas cómodas y resistentes debido a su uso frecuente. Se diseñó una gran estantería en el mismo color que los muebles, donde se guardan los juegos de caja y materiales para manualidades de los chicos.
Cada vez es más importante planificar los hogares pensando en el estilo de vida de quienes los habitarán, la cantidad de integrantes, sus gustos personales y las actividades que se realizan a diario. Y este último año confirmamos, con la experiencia de vivir intensamente nuestras casas, que el espacio donde vivimos influye enormemente en cómo nos sentimos, por lo cual debe ser un lugar de inspiración constante.
Fotografía Pablo Rivara