La Candelaria de Mechi Ocampo

La casa proyectada por el Arquitecto Francisco Fracchio contó con la intervención en obra de la diseñadora Mercedes “Mechi” Ocampo. La estética del paisaje del lugar, José Ignacio, se impone en un proyecto que sigue la línea de la Arquitectura del Oeste en los Estados Unidos y se articula en volúmenes que hacen posible que la idea de los habitantes de construir un refugio para todo el año, funcione.
El amplio living, escenario para la rutina familiar y social de los habitantes, cuenta con una altura doble que mucho tiene que ver con la atmósfera tan especial que atrapa. La luz natural inunda el ambiente desde los grandes ventanales que nos comunican con una gran galería. En este espacio destacan dos butacas retro tapizadas con estampado “chevron” que acentúan la paleta de colores tierra que predomina.

“Mechi” Ocampo se formó en la carrera de Diseño de Interiores en La Biblioteca de la Mujer, en la ciudad de Buenos Aires, mientras que al mismo tiempo trabajaba en un negocio de decoración en Martínez, San Isidro. Una vez recibida y luego de trabajar muchos años, decidió independizarse y abrir su propio estudio. En el año 2007 se mudó a Punta del Este, Uruguay, con su hija Candelaria, en donde vivió y trabajó durante 6 años hasta que decidió volver a su ciudad natal. Hoy cuenta con un negocio de decoración en Recoleta y otro en Pilar; continua trabajando en Punta del Este, Miami y, por supuesto, en Buenos Aires.

“La candelaria” fue pensada en función de sus habitantes y sus rutinas familiares y sociales. Cuenta con un gran espacio de living comedor, cocina, baño en suite y un original dormitorio abierto que vuela hacia el espacio principal de la casa. Importa saber que la casa fue creciendo con la familia habitante y agregando metros cuadrados en la medida en que se sumaban nuevos integrantes. La primera ampliación se estudió cuidando al detalle la armonía estética y estructural del edificio, que debía crecer sin perder la líneas. En esta instancia se agregaron los metros cuadrados suficientes para generar un dormitorio en suite para el matrimonio, un espacio de juegos para los hijos menores y un estudio para el matrimonio, que destaca a partir de la fabulosa vista que captura del Faro de José Ignacio. En el mismo proyecto de incorporó un bungalow con galería destinado a los huéspedes.

La estética, tanto de la arquitectura como del interiorismo, se mantuvo constante, de manera que uno no distingue la diferencia de épocas entre las distintas obras. El espacio destinado al comedor es uno de los grandes protagonistas de la casa. No solo se destaca el gran juego de muebles escogido por Mechi Ocampo, que alude a la faceta más festiva y anfitriona de sus habitantes, sino que también resalta, por su magnitud y originalidad, una gran biblioteca diseñada especialmente para este espacio, que acoge a una impresionante colección de botellas de distintos alcoholes. Complementando este repertorio, la interiorista elige una llamativa obra de arte realizada en papel de diario y pintada con una atrayente paleta de colores, que parece reflejar los líquidos y cristales que provienen de la biblioteca. Los libros de arte, viajes e interiorismo, pasiones de los habitantes, aparecen aquí y allá como anfitriones regulares y siempre atentos.

El dormitorio principal es amplio y luminoso, se conforma por dos diferentes ambientes. Por un lado, la cama con su respaldo capitoneado a tono con el techo y las cortinas y por otro lado, junto a ella, un espacio de estar que permite a la pareja disfrutar de la tranquilidad de la casa rodeados de las mejores vistas. Uno de los elementos más interesantes de este dormitorio es la butaca en cuero blanco y madera, similar a la diseñada por el arquitecto Le Corbusier, se posa frente al mar resultando un ideal espacio de lectura. Sobre la pared, una original obra de arte contrasta con el ambiente neutro. Para cumplir con uno de los deseos de la habitantes, la orientación del dormitorio principal fue especialmente elegida para que puedan apreciar el faro desde su balcón. La galería exterior es uno de los espacios más disfrutables de este hogar. La diseñadora, al tratarse de una vivienda que acostumbra a recibir visitas, decidió generar distintas instancias de reunión para que siempre haya lugar para los amigos. Con un estilo fresco y descontracturado, los muebles se ubican bajo una pérgola de cañas. Una gran mesa de comedor, un par de livings y el parrillero, se organizan alrededor de las piscinas.

Fotografía Nico di Trápani

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