Nos sorprendemos al descender del ascensor un hall intimo que nos instala en otra dimensión, estamos en una obra inmersiva que se apodera de nuestros sentidos generándonos sorpresa y hasta un cierto desconcierto de no entender dónde estamos, pero sí de pertenecer a ella. La casa funciona con un concepto descontracturado entre la idea de un atelier y una vivienda, razón por la cual el cantidad de obras superpuesta esperando para su próxima exposición de arte en Buenos Aires. Varias de las obras son esculturas y forman parte del mundo de Areoso
El proyecto de Juan Carlos Areoso Usher generó una fuerte intervención en la estructura de un apartamento ubicado en el corazón de Recoleta, en Buenos Aires. La planta de ciento ochenta metros cuadrados fue transformada mediante un minucioso proyecto de reciclaje y acondicionamiento en diseño de interiores e iluminación. El diseño de Areoso Usher respeta el carácter original del espacio, eliminando paredes y creando otras para lograr una configuración más coherente que optimiza el flujo y funcionalidad de cada área. El diseño juega con el tiempo instalando un fluido diálogo entre distintas épocas muy fuertes en la cultura del diseño, con piezas antiguas y de época, otras de estilo y muchos ejemplos del buen diseño del siglo XX. El nuevo flujo espacial generado por la nueva planta concebida por esta intervención aporta coherencia en la circulación y transforma el espacio en un lugar donde cada rincón cumple un propósito integral.
La planta de recepción con sus veinticuatro metros de largo es el alma de este proyecto. Su diseño se ha pensado como un escenario multifuncional donde el mobiliario marca sutiles zonas que dialogan entre sí. La rinconera en tono gris, acompañada de dos bancos Bertoia de 1,80 metros, sugiere un encuentro entre el confort contemporáneo y el refinamiento clásico. Esta pieza central se complementa con un escritorio Luis XV del siglo XVIII, cuyos detalles en bronce cincelado introducen una nota histórica y refinada, anclando el espacio en una tradición de buen gusto. En contraste, una mesa de comedor en acero y cristal, con medidas amplias de 2,80 por 1,30 metros, introduce un elemento escultórico y moderno, que a la vez estructura el ambiente sin saturar visualmente. Al avanzar desde la zona de recepción, nos encontramos con una biblioteca de corte minimalista, donde los libros y piezas de arte se despliegan en perfecta armonía. Aquí, una mesa Tulip blanca y dos sillones contemporáneos sobre ruedas crean un área funcional, versátil y orientada al confort. El conjunto resulta en una simbiosis entre lo clásico y lo moderno, donde el mobiliario dialoga sin esfuerzo con el arte y la iluminación, cuidadosamente seleccionados para reflejar un espectro entre lo figurativo y el expresionismo abstracto.
La disposición, a pesar de la geometría alargada de la planta, presenta un balance visual logrado con precisión. Las piezas históricas como la cómoda italiana estilo Luis XV del siglo XVIII y el escritorio francés enriquecen la atmósfera mediante una interacción estética con una nota ecléctica entre lo antiguo y lo contemporáneo, sin competir, sino exaltando cada época en una composición vibrante. Areoso Usher ha logrado una atmósfera única que no solo celebra el mobiliario, sino que lo utiliza para narrar una historia donde el lujo y el carácter son indiscutibles protagonistas.
Con una formación científica y un profundo sentido humanista, Juan Carlos Areoso Usher mantiene, con más de treinta y cinco años de trayectoria profesional, su carácter de referente y guía para las posteriores generaciones de profesionales. Su formación como estudiante de Ingeniería civil, su preparación como diseñador y su posterior incursión en el mundo del arte lo convierten en un profesional de características singulares, capaz de resolver todo tipo de espacios e intervenir y desarrollar todo tipo de programas. Sus proyectos se han concretado tanto en Montevideo y Punta del Este, como en Madrid, Nueva York, Curitiba y Buenos Aires.
Fotografía Nico di Trápani / Juan Carlos Areoso Usher