Filam: Dar luz a nuevas ideas

Comenzaron probando distintos diseños de luminarias y los adaptaron hasta dar con el primer modelo. De esa obra prima, generaron otras cuatro variantes, todas con el mismo minimalismo característico de sus diseños: pantalla y base, ambas creadas mediante impresión 3D. Las únicas piezas producidas y adquiridas fuera del taller son las eléctricas (cable e interruptor) y tres tornillos. Lucía Santos es arquitecta y Juan Diego Orihuela está a punto de recibirse de ingeniero. Ambos tienen 24 años y llevan 8 años como pareja. A raíz de su formación y su constante inquietud por explorar nuevas tecnologías, Juan decidió comprar una impresora 3D e instalarla en su casa.

Juntos, se propusieron crear algo innovador y comercializable. Ambos jóvenes supervisan el proceso del producto, de comienzo a fin. Lucía se encarga de la comunicación e identidad de marca, Juan de la producción y costos. Cada uno se enfoca en su área de expertise, aportando su personalidad al proyecto. Belén encuentra inspiración en objetos cotidianos, como jarrones o piezas de loza que la llevan a pensar “esto podría ser una lámpara”. A Juan le gusta modelar usando geometría analítica, escrita matemáticamente. Nos explica que le “da control sobre las proporciones, logrando formas geométricas y hasta naturales”.

El plástico utilizado por las impresoras proviene del almidón de maíz, es denominado bioplástico porque no deriva del petróleo y es biodegradable. Además, la producción no tiene desperdicios; cuando una lámpara presenta defectos o errores, la materia prima se devuelve a su primer estado para generar nuevos productos. Filam comenzó con una impresora, actualmente y para mantener el ritmo de producción ya cuentan con tres. Tienen su tienda online en la red social Instagram, donde han apostado a mostrar sus productos con influencers y bares de estilo en Montevideo. Hoy apuestan a diseñar sus propias herramientas de trabajo, logrando así que el proceso sea cada vez más eficiente y con costos más competitivos. Aspiran a crecer, contemplan la posibilidad de exportar y volverse una marca regional. Tanto la calidad del diseño, como del producto en sí reflejan el ímpetu ambicioso y perseverante de Juan y Lucía. Luminarias livianas, pero sumamente resistentes que permiten un traslado seguro. De formas limpias y orgánicas, con un guiño a las antiguas luminarias opalinas, aportan elegancia y estilo a cualquier ambiente.

  • REDACCIÓN KIARA LUCAS
  • FOTOGRAFÍA NICO DI TRÁPAN
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