Espacios mágicos. Rizoma de Diego Montero

Las librerías son espacios mágicos. Se trata de lugares donde la imaginación y el conocimiento, donde la ilusión y las expectativas, se cofunden en mundos concebidos por los hombres que escriben para los hombres que leen y en ese abanico entramos, o deberíamos hacerlo, todos. Se trata de espacios donde la dinámica tecnológica impacta pero no mata, sus contenidos sobreviven a lo largo de los tiempos guardando los gestos de la humanidad que sin importar el aprecio de los momentos, está allí, siempre dispuesta a recordarnos que existen otras formas que son las mismas desde el comienzo de los tiempos.

Al mismo tiempo son un dato de la civilidad y de la cultura que los pueblos despliegan al darse forma. Y algo así sucedió con la lejana, y no tanto, José Ignacio, que al despuntar esta temporada sorprendió a propios y ajenos con la inauguración de RIZOMA, una librería singular instalada en un escenario igualmente particular. El proyecto del Arquitecto Diego Montero logró conjugarlo todo, paisaje, concepto y materialidad. El edificio, proyectado para ser construido íntegramente en madera alcanza la profundidad de un templo y se integra naturalmente a una zona densamente poblada por pinos y eucaliptus, entonces todo resulta natural, armónico.

Las construcciones en madera que ahora comienzan a prosperar y llaman nuestra atención, refieren al hecho arquitectónico más antiguo que se conoce. Estas construcciones ocupan todo un capítulo en la arquitectura moderna de la mano de Arquitectos de fama y prestigio, es el caso de Diego Montero, con quien ahora conversamos a propósito de RIZOMA.

Tu arquitectura es conceptual, las obras tuyas suelen relacionarse con ideas muy relacionadas con el paisaje en el cual se insertan, con lo cual este proyecto podría ubicarse en una extensa lista. Pero, ¿porqué razón la madera como elemento dominante y único?

La idea era no impactar sobre el terreno. Siempre estoy debatiéndome entre la Arquitectura perdurable y no perdurable, todo el mundo se ha acostumbrado al hormigonazo y a modificar los terrenos. Mi idea era hacer una arquitectura muy flexible para que calzara entre los pinos y que por supuesto no modificara, más que lo necesario el terreno. Entonces la madera porque es muy liviana, puede tocar el terreno levemente y porque es un elemento seco que no obliga a ensuciar el terreno con canchadas de mezclas. Era entonces el materia ideal. Como elemento único, es como empezar así, en vez de empezar los calzones del herrero con lana y terminarlos en cuero, es empezar con lana y terminarlos con lana, aún cuando te pique un poco. La idea de la librería es el tema de la sorpresa. Desde afuera percibimos un volumen con un color que no es el usual de la zona, pero vemos un volumen que no entendemos lo que contiene. No tiene vidriera, ingresas por una puerta y te encontras con un espacio que explota hacia arriba y te explota en profundidad ya que al fondo lo que ves es el hogar del bistró. Tenemos una fuga horizontal y otra vertical. Mi idea era jugar con la torre de Babel, pero dada vuelta como un guante, al revés. Es una zona expresiva totalmente expresiva por otra levemente expresiva. La idea era generar sorpresa, ingresar y encontrarte con una situación inesperada. Los libros tienen una escala chica y se apilan en altura, generan una sensación de altura sobredimensionada. Es un juego, en el exterior percibís un cubo, en el interior un octógono. Después está la luz, como se tamiza la luz. No quería que fuera ordenada, harto de las líneas rectas que todo el mundo utiliza, decidí desordenar entonces aplique toquitos de madera que difuminan la luz y desordenan el efecto. Por esa razón elegí piques de alambrado en vez de las piezas perfectas del lapacho. El alambrado es la idea de lo perdurable y geométricamente no son perfectos. Al recurso de la madera le quité el orden brasileño imperante, que está muy bien para Brasil pero no para este lugar, para nosotros.

Llama nuestra atención la solución proyectada para la distribución de los libros, ese círculo central que se eleva como una babel. La imaginamos como una fantástica solución para el mejor aprovechamiento del espacio disponible, pero seguramente hay más, mucho mas… ¿Qué madera elegiste?

Elegí lo que había. Para las estructuras son rolos de eucaliptus, para el revestimiento exterior es un machimbre de pino, algo así como un tingladillo de pino que se sujetan con listones de madera dura. Los pavimentos interiores son de pino de dos pulgadas, pero cortados de una manera especial, en formato de espinas de pescado, la idea era generar dibujos y texturas. Las bibliotecas también son de pino tratado y todos los piques de alambrado son de eucaliptus colorado. Utilice muchas placas de fenólico, compensados que presentan una cara mas o menos prolijo, de eucaliptus colorado. Los emplee en todos los revestimientos en el taller, en los dormitorios, en el bistró.

¿Qué limitaciones te impuso la madera al momento de proyectar?

La madera no limita, al revés. Al plantear la obra el diseño va con el material, todo viene junto. No me planteo ningún tipo de limitación. Son detalles distintos, apenas eso.

¿Cómo desarrollaste la estructura interior destinada a contener los libros?

La estructura interior destinada a contener los libros en realidad la estructura de la librería, el octógono es portante, sostiene al techo que es muy liviano, de isopanel, y toda esta serie de tablones verticales colocados a un metro de distancia reparten el peso de manera muy pareja. La estructura de la librería esta armada con la estructura. Los demás espacios son los habituales. En las zonas mas vidriados hago un muro cortina vicriado con horizontales sostenido con una estructura más fuerte de rolos de eucaliptus, tenemos tres tipos de estructura, los rolos de eucaliptus que sostienen los techos y se cierran con unos muros cortina muy livianos, otra que es un baloon frame que tiene un aplacado de cada lado y forrado con machimbre del lado exterior y la última es la librería, cuya estructura es la que arma todo.

La técnica empleada para la aplicación de la madera en los interiores llamo nuestra atención. Fundamentalmente en el pavimento y en las estructuras contenedoras… cuéntanos acerca del hecho. (cómo resolviste la elección de la técnica empleada)

Todo viene junto, una vez elegida la madera viene como se aplica. Las estructuras contenedoras son las placas de eucaliptus colorado que nos dan mucha superficie, mucho orden y una textura ordenada. Yo lo aplico mucho, ya que me parece más auténtico que por ejemplo el yeso, los compensados de madera tienen otra durabilidad y otra sensación al tacto, no son artificiales, no requieren pintura. Con los pisos lo mismo, pudimos haber dispuesto tablones rectos, pero yo no quería ese tipo de orden, la idea era generar algo distinto, tenemos un dibujo muy simple al que no estamos acostumbrados y entonces llaman la atención.

La relación entre los distintos espacios, librería, bistró, posada y galería de arte, enseña un vínculo formal muy fuerte, ¿Cómo lograste la integración de espacios cuya función aparentemente es tan distinta?

El proyecto tiene dos ejes. Un eje de entrada que es fuertísimo y que varía de altura, a propósito. Entras y enseguida te eleva y al mismo tiempo tenes la perspectiva del bistró al fondo. Se trata de una sucesión de cosas, la terracita exterior, puerta de entrada, librería y bistró que se abre lateralmente hacia el jardín, lo que no percibís desde la entrada. En el medio cruza otro pasillo que en realidad la idea es que no haya circulación, es el espacio que vincula el sector de bed and brekfast con el bistró y con el taller de cerámica. Desde el interior lo que importa es el eje visual de la librería hacia el café. Desde el exterior es mas importante el pasillo que atraviesa todo. Ese pasillo arma un muro donde se exponen las piezas en el taller de cerámica, es como un tamiz con el jardín exterior, ese muro de varillas de piques de alambrado dispuestas horizontalmente. La idea era que cada función tuviera una forma distinta y además que no fueran demasiado grandes que obligaran a tirar abajo demasiados árboles, entonces tengo un taller de cerámica lineal con una galería angosta, como un pasillo con cierto movimiento, se ensancha y se angosta y tiene un techo con una pendiente para tomar luz, está orientado hacia el este, tiene una luquerna grande, y cubierta por pinos, el café es como un prisma rectangular, es el espacio con menos forma, cambió su tamaño ya que al principio era un cafecito y luego creció para ser un pequeño restaurante, incorporó cocina y baños más importantes. Lo más informal es el espacio que contiene al bistró, la cocina y los baños. Y después del otro lado están los dormitorios porque de alguna manera se traban para generar unos espacios diferenciados para cada uno, se corren y se levantan un poco para dar un poco de variedad. Los techos se inclinan hacia la ventanas ubicadas en las esquinas a efectos de generar más luz sobre la ventana y menos luz en el otro extremo, donde se ubican los baños. Ahí hay un tema de diseño con un material muy simple, baldosas calcáreas y la idea es que fuesen como la lluvia de la ducha, son líneas verticales algunas lineales y otras fragmentadas, como si fuese una ducha. Cada baño tiene su color y su diseño, con gotas separadas y dos con chorros intensos. No se trataba de unir las formas, si no que ese muro transversal uniera tres situaciones distintas. Todo está cosido por este muro transversal hecho por piques de alambrado que se repite en los brisoleil de la librería.

 

Fotografías José Pampín y Estudio Diego Montero

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