Por Juan Flores
Miniloft es un pequeño espacio de tan solo 50 m2 que se encuentra en el corazón de la ciudad de Budapest. Este espacio fue renovado por Attila F. Kovács y Zsuzsa Megyesi y convertido en un pequeño estudio auxiliar debido a su ubicación tan favorable. Sus autores explican que utilizan este espacio para algunas reuniones, cuando no les da el tiempo de trasladarse a su estudio principal, que se ve ubicado en Loft 19. A su vez, este pequeño rincón en el mundo funciona también como mini apartamento para su hija cuando viene de visita desde Inglaterra.
Attila y Zsuzsa se encontraron con este viejo estudio de pintor, abandonado desde la Segunda Guerra Mundial. Quisieron mantener la atmósfera vintage, conservando los efectos de la pintura en las paredes. Los grandes ventanales y radiadores metálicos son originales y fueron conservados para aportar a esta estética industrial.
Una gran estantería italiana de aspecto industrial es quien separa la sala de estar del dormitorio principal. Interviniendo visualmente se logra una separación de ambientes, acogiendo esta, libros de arquitectura, decoración, arte y pequeños elementos que pertenecen al mundo del arte húngaro. Más allá de que la pintura de las paredes fue conservada, decidieron darle una mano de gris cálido al piso de roble existente, para brindarle un aspecto más acogedor y un efecto de galería.
La arcaica mesa de comedor es otra excéntrica pieza perteneciente a la tribu hucul. La manera de trabajar la pintura sobre la madera y la diferencia de colores entre la tapa y las patas de la misma dan una rara sensación acogedora aportando a la vibra industrial que se puede apreciar en todo el diseño. Complementando el comedor encontramos el clásico modelo de silla francés: Tolix, de Xavier Pauchard, que acentúa el estilo industrial del mismo. La evidente manera de mostrar el mecanismo y el mismo recurso de la pintura se ven plasmados en la puerta corrediza que comunica la sala principal con el único baño del Miniloft.
Los azulejos fueron seleccionados por su look retro. La pareja los compró en Rumania, donde se pueden adquirir varias piezas tradicionales y originales de diseño. El espejo fabricado en hierro y patinado con pintura blanca fue un hallazgo de un mercado de pulgas local de Budapest.
El botiquín de primeros auxilios fue otro acierto del mercado de pulgas. Su deterioro hace referencia a la época de la Segunda Guerra Mundial. Encima del mismo parecía el lugar perfecto para colocar una pequeña escultura de venado, animal conocido por indicar el buen camino y tener la habilidad de hallar fácilmente hierbas medicinales.
La alfombra forma parte de una colección de diseño ucraniano y del antiguo Imperio Austro – Húngaro, mientras que la butaca es un diseño original de la Bauhaus, realizada en roble.
La pared de la cocina está pintada con pintura de pizarrón para enfatizar el espacio de trabajo: la pareja hace uso de este recurso para dejarse pequeños mensajes y recordatorios. La palabra ODD en letras metálicas les recuerda su propia excentricidad, significa algo extraño y original. Las letras fueron un descubrimiento de una casa de segunda mano.
Nos encontramos con un antiguo trabajo de carpintería verde que pertenecía a la tribu hucul de las Montañas de los Cárpatos, de arte tradicional ucraniano.
Fotografías Estudio A+Z, Attila+Zsuzsa