Por Martín Flores
Ubicado en el edificio Arte Barra, en Maldonado, un proyecto del arquitecto Mathias Klotz, este apartamento de grandes dimensiones y vistas al océano Atlántico fue concebido para ofrecer un espacio donde el diseño y la funcionalidad coexisten en armonía.
El desafío para las diseñadoras Mónica Fadigati y Fiorella Torterola fue optimizar la distribución de una planta amplia, manteniendo una sensación de fluidez y apertura, pero sin perder calidez. Para ello, recurrieron a una paleta de colores puros y neutros, que unifican el ambiente y potencian la luminosidad natural.
Al ingresar, un gran espacio de concepto abierto integra la cocina, el living y el comedor en una distribución clara y bien equilibrada. La cocina, amplia y cómoda, se articula en torno a una isla central revestida en Dekton oscuro, que rompe con la neutralidad predominante y define con sutileza el límite entre las áreas. Este elemento aporta carácter y también genera una transición fluida hacia el living.
El living, orientado hacia las increíbles vistas, se organiza a partir de una gran rinconera en cuero blanco puro, que se convierte en el centro de la escena. Su diseño a medida se complementa con butacas de madera y una mesa de centro circular, cuyo formato redondeado suaviza la geometría del espacio y aporta dinamismo visual.
Todo el mobiliario fue seleccionado de Atipico Furniture & Deco, consolidando una estética sobria, contemporánea y elegante.
Los dormitorios mantienen la misma esencia que el resto del apartamento: amplios ventanales que enmarcan el paisaje, mobiliario de líneas simples y materiales nobles que refuerzan la sensación de serenidad. La elección de texturas y tonos sigue una línea coherente con el diseño general, logrando una atmósfera de sofisticada tranquilidad.
Este proyecto es muestra de cómo el diseño bien pensado puede transformar un espacio en un lugar de confort, armonía y equilibrio.
Fotografías Irina Conesa




























