El tiempo, los objetos y el concepto. Helena Montanarini

Helena Montanarini es una mujer vital, su belleza es casual y sofisticada. Todo en ella luce natural y espontáneo. Graduada como diseñadora industrial su gusto y el talento para desarrollarlo le han permitido trascender el gesto de concebir objetos o resolver funciones para convertirla en una referencia estética que comprende a todos los sentidos. La ubicamos gracias al inquieto Aarón Hojman, amigo personal de esta pope del diseño mundial. La entrevista fue breve pero encantadora. Para ello contribuyo la atmósfera de CASA ZINC, el reducto de Hojman en la Barra.

 

Los conceptos son construcciones o auto proyecciones mentales, por medio de las cuales comprendemos las experiencias que emergen de la interacción con nuestro entorno.(1)  Estas construcciones surgen por medio de la integración en clases o categorías, que agrupan nuestros nuevos conocimientos y nuestras nuevas experiencias con los conocimientos y experiencias almacenados en la memoria. La formación del concepto está estrechamente ligada a un contexto de experiencia de la propia realidad; de experiencia individual, cultural y social siendo de especial importancia la referencia al lenguaje sobre todo referido a la propia lengua, pues mediante ella, el conocimiento tiene la posibilidad de adquirir una expresión oral como habla o escrita y, por tanto, comunicable; lo que le da al conocimiento una dimensión pública, sociológica y cultural. Pero al mismo tiempo, el desarrollo de conceptos puede prescindir del lenguaje oral para apoyarse en el lenguaje de las formas y los sentidos, nueva modalidad de comunicación que salva todas las barreras idiomáticas.

Por ser la experiencia algo concreto con respecto a un individuo y, por tanto, subjetiva, única e irrepetible, todos los elementos incorporados a la memoria, tanto de experiencias personales como de cultura, sociedad, son elementos interpretadores de la experiencia concreta e influyen de manera decisiva en el proceso de conceptualización. Conocer a Helena Montanarini supone ingresar al fascinante mundo de los conceptos aplicados al desarrollo de iniciativas tanto estéticas como comerciales. El lenguaje universal del color, la forma y la función, encuentran en esta hermosa mujer una referencia que el mundo valora y de gran forma. Visita regularmente Uruguay desde hace 20 años en una combinación donde el trabajo y el descanso confluyen, al menos dos veces al año. Aquí desarrolla y produce vestimenta y telas para el mercado brasileño e internacional. Y de paso cultiva la amistad que desde entonces la mantiene unida a los uruguayos.

Acudimos a entrevistarla advertidos por Aarón Hojman de su presencia en CASA ZINC donde se alojó para descansar en semana de turismo. Conocíamos de ella, de sus trabajos en Europa y fundamentalmente en Brasil, su trayectoria está asociada a los más importantes emprendimientos comerciales vinculados al mundo de la moda y el diseño, pero hasta ahora contamos con la posibilidad de acceder personalmente a ella.

“…el tiempo aquí es maravillosamente humano. Transcurre sin prisas y apremios. Es distinto al de cualquier otra parte del mundo y diametralmente opuesto al de San Pablo, donde vivo. Punta del Este, Montevideo, Uruguay, es un paraíso donde aún es posible rescatar humanidad, con todo lo que ello representa…” nos afirma Helena a un tiempo que revisa uno de los ejemplares de nuestra revista.

Comenzó su carrera profesional como periodista, trabajando en la producción de fotografías para la revista -Noticiario da Moda-  de Editorial Abril. De inmediato se trasladó a París, donde completó su formación en el Studio Bercot. Produjo desfiles para Jean Paul Gaultier, Thierry Mugler, Chantal Thomass, entre otros. Allí descubrió que su pasión era el desarrollo de conceptos. Su primer trabajo en la materia fue una consultoría de estilo para la industria textil francesa.  De regreso a Brasil, se incorpora como periodista al staff de Jornal da Tarde y casi al mismo tiempo se incorpora como columnista permanente para las revistas Vogue, Casa Vogue, VIP, GQ.  Su talento natural para ver, analizar, comentar, señalar, pronto la convirtieron en un gurú de la moda en Brasil, al punto que es contratada por la Villa Romana para el lanzamiento de la marca Giorgio Armani en Brasil.

 

¿Cuál es su visión de la tendencia estética de nuestro tiempo?

El diseño contemporáneo genera productos muy buenos, de calidad  constructiva increíble y con formas inimaginables apenas diez años atrás. Pero están vacíos de contenido, carecen de espíritu. Y al mismo tiempo se agotan en sí mismo, es muy difícil superarse en esas condiciones. Por esa razón los objetos étnicos, aquellos que refieren a regiones y sus culturas mantienen su vigencia y ganan terreno, cada vez más. Se trata de que los objetos que nos rodean, equipan nuestros espacios e incluso nos visten, tengan alma, trasmitan ideas, rebocen de espíritu.

 

¿Cómo define a Punta del Este y al Uruguay en términos estéticos?

Punta del Este es lo más parecido a una ciudad mediterránea o californiana que recuerdo. Aquí el tiempo está cargado de sentido y espíritu. Si bien para algunas cosas eso puede ser un problema en términos estéticos la vigencia de las formas del pasado no son una apelación nostálgica sino que definen una idea. Punta del Este, Uruguay, son vintage. Y eso es fascinante.

 

Se define como desarrolladora de conceptos…y esa  idea es novedosa para los uruguayos, adeptos a la improvisación y la confianza desmesurada en la calidad de lo que hacemos.

…yo cuento historias. A partir de los objetos o elementos que una marca produce genero la forma, diagramo los caminos para que esos objetos lleguen hasta donde deben llegar, atendiendo en la forma y el contenido del mensaje que trasmiten, para lo cual llego a la génesis de la marca. El desarrollo de un concepto parte de la naturaleza misma del objeto y luego se despliega naturalmente, para ello concibo un guión, una estructura, un esquema del cual emergen el color, la forma y la idea que se trasmite. Esto significa una intervención fuerte en la gráfica, en el concepto del espacio de la tienda que comercializa, en el packing y por supuesto en la naturaleza misma del objeto. Es apasionante ya que cada trabajo es algo así como una novela que escribo, junto a mis clientes, desde el principio y hasta el final…

 

Moda o tendencia, que es lo que prima…

La moda es importante, de alguna forma establece las bases para lo que luego se convierte en tendencia. Pero no todo alcanza esa categoría, los contenidos son los que determinan que llega o se queda en el camino. Al mismo tiempo la moda nunca cabe en una caja, he desarrollado proyectos para otros segmentos, trabajando mucho en un nuevo concepto para la idea de la tienda, el restaurante Dalva e Dito, como vestuarista para teatro, Firma Casa y también he incursionado en interiorismo realizando proyectos para clientes, como por ejemplo mi amigo el Arquitecto Marcio Kogan, . Todas estas obras fueron fundamentales para la construcción de la red que tengo hoy y en todo caso, la moda, con mis primeros pasos en el mundo textil, imponen criterios que son aplicables para el diseño y el concepto del diseño, tema que me apasiona. En lo que a diseño e interiorismo refiere, la cuestión está en la generación de atmósferas, que la arquitectura no se puede entender en metros cuadrados sino en metros cúbicos. Que el espacio debe ser habitable y contenedor si se trata de una casa o funcional y comunicar bien si se trata de un espacio comercial.

 

Europa o Latinoamérica…

Soy brasilera y jamás me sentí más brasilera que viviendo en París y recorriendo Europa. Mi vínculo con la tierra es muy fuerte y eso es normal. Nuestros orígenes están en Europa, pero también aquí, en Latinoamérica donde nuestra historia es fuerte y muy rica. Más allá de ideas que son universales, el espíritu y el alma, elementos desequilibrantes a la hora de concebir el mundo, se nutren de todo, pero fundamentalmente de ese sentido de pertenencia que nada tiene que ver con nacionalidades o pasaportes, sino con el vínculo que el hombre genera con su lugar en el mundo.

 

El estudio de Helena Montanarini es responsable de los conceptos más exitosos de Brasil, Daslu Hombre, la primer tienda multimarca menswear de lujo en Brasil, Club Chocolate, concepto de tienda que reunió en un solo espacio de moda, diseño, accesorios, flores y un restaurante, Noir, Le Lis, la marca masculina de Le Lis Blanc. El desarrollo de conceptos demanda de talento, pero además de una gran capacidad de análisis y comprensión acerca del comportamiento social. Helena Montanarini es una ávida lectora, incansable viajera y una aguda interprete del funcionamiento de la sociedad. Allí, en esa singular combinación de virtudes surge la profesional capaz de imaginar un mundo a partir de un simple par de zapatos o un reloj pulsera.  La idea del concepto se basa en la necesidad de generar miradas más amplias y profundas sobre los objetos que como afirmaba Bruno Munari conforman el “jardín de las cosas” en que vivimos. Por esa razón el trabajo de Montanarini va mucho más allá que la implementación de estrategias de marqueting y se vincula directamente con el origen mismo del producto de que se trate.  Así en su portafolio sobran los ejemplos de marcas que ha concebido ella, hasta el mínimo detalle, espacios comerciales que se relacionan con marcas y sus productos y también productos que ha contribuido a mejorar o incluso a desarrollar.

 

Los objetos étnicos tienen espíritu. Y al mundo en que vivimos lo que le falta es eso, espíritu. El diseño contemporáneo, con todas las posibilidades que brinda la tecnología logra objetos magníficos, pero fríos, carentes de alma, de espíritu. Por esa razón y cada vez más, los objetos artesanales que se vinculan con una región, con una cultura, cobran más importancia. Y Uruguay es un claro ejemplo de ello. Aquí es posible hallar objetos increíbles tanto a nivel artesanal como de diseño. Los diseñadores uruguayos están fuertemente imbuidos de esa mística que los lleva a generar identidad, entonces el espíritu está presente. Estoy firmemente convencida que el futuro está vinculado a la posibilidad de rescatar la técnica artesanal pero sin la nostalgia de recuperar lo que fue, por el contrario con el sentido pleno de recuperar la forma pero dotarla de la vida de nuestro tiempo. Gestos humanos, para humanos.

 

Se siente muy cómoda en Punta del Este. Disfruta del tiempo y de la falta de vértigo. También es feliz con las atmósferas que descubre. Tanto en la casa de Hojman, como en Mutate, el bazar Tres Mundos (Diego Montero) o los locales donde los objetos cuentan cosas y lo hacen sin apuro.  “…la vida en Punta del Este y en Uruguay todo, es muy parecida a la de los pueblos mediterráneos, o a las ciudades de California. Des contraído, vintage, pero no nostálgico.  Soy feliz con los uruguayos y pienso que es mucho lo que se puede hacer aquí.

 

1  Hilary Putnam, « The meaning of «meaning» », en Mind, Language and Reality, Cambridge University Press (1975), págs. 218-227.

Fotografía José Pampín

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