El último viernes de septiembre en Montevideo, una noche apenas fresca invita a explorar Una Biblioteca, la nueva exposición de Sebastián Santana. Durante más de un mes, el artista compartió en su perfil de Instagram crípticos fragmentos de obras, manteniendo el misterio hasta revelar finalmente la locación del evento: Santa María de los Libros, una emblemática librería en la calle Tristán Narvaja. Hasta aquí, todo parecía seguir las formas típicas de las promociones artísticas contemporáneas.
Al llegar al lugar, nos encontramos —o reencontramos— con una de las librerías clásicas de la ciudad, que ahora, bajo una nueva marca, ofrece un ambiente cautivador. El característico olor a libro viejo y las colecciones semi desorganizadas conviven en una mezcla de pasado y presente. Pero ¿dónde está la exposición? ¿Dónde está la típica fila de cuadros en las paredes? Desde atrás del mostrador, Santana nos saluda y dice con una sonrisa: “Está ahí”, señalando un pequeño escritorio en la vidriera.
Nos abrimos paso entre una variada audiencia para descubrir que, en ese escritorio y esa vidriera, ocurría la verdadera magia. A su lado, un abstracto explicativo de la obra nos invita a reflexionar sobre qué es el arte contemporáneo. No debería sorprendernos. La trayectoria de Santana nos interpela constantemente sobre las formas en que experimentamos el arte y sus, a veces, imperceptibles límites con el diseño. El artista, meticuloso casi sin quererlo, ha vuelto a desafiarnos. Esta exposición fue curada por Rafael Massa Bruzzone, quien también curó la primera muestra pública de Santana, cuyo aniversario se celebra precisamente en estos días. De repente, aplausos. No los de los invitados, sino los del propio Santana, que da paso a Massa. Con una narrativa casi confesional, el curador teje una semblanza cargada de sinceridad sobre el creador. Recorre las múltiples facetas de Santana: desde la vez en Valparaíso, donde ilustró su vida durante dos años en boletos de tren —sí, muchos boletos— hasta el día en que, en su búsqueda por ser fiel a la historia, localizó el avión utilizado para desaparecer personas en Argentina y Uruguay durante la década de los años setenta. Tal como señala Massa, la obra de Santana es tan vasta como valiosa, y refleja la personalidad exigente y abundante de su creador.
Cada trabajo de Sebastián es una producción enorme, aunque el resultado final —a veces— pueda parecer acotado. Detrás de cada obra existen decenas de tentáculos en forma de cuadernillos, bosquejos o versiones preliminares que sostienen ese resultado “final”. Para cerrar, como bien sugiere el artista, si lo desea, sumérjase en el universo de Santana. Ya sea visitando Una Biblioteca en Santa María de los Libros, explorando sus publicaciones ilustradas, o, simplemente, poniéndose en contacto con el propio Sebastián.
- REDACCIÓN KIARA LUCAS
- FOTOGRAFÍA NICO DI TRÁPANI