Construir lo imposible. Grupo Pla

Por Andrés Castro

 

Transformar ideas en realidades no es solo una consigna: es una forma de entender el trabajo. En Maldonado, Grupo PLA se ha consolidado como un referente en arquitectura y construcción de excelencia, con proyectos galardonados a nivel internacional. Más que levantar estructuras, PLA genera lazos duraderos, procesos eficientes, cuidado en los detalles y, sobre todo, equipos comprometidos. En esta entrevista para AYD, Diego Pla comparte su trayectoria, los desafíos enfrentados y la visión de una empresa que avanza con firmeza, combinando raíces locales con una proyección orientada al futuro.

Síntesis y transformación creativa

¿Cómo funciona ese proceso de transformación en PLA?

—Básicamente, vienen los arquitectos con ideas que muchas veces no se pueden ejecutar tal cual están pensadas. Ahí entramos nosotros. Gracias a la experiencia que hemos acumulado durante años de trabajo con grandes arquitectos, logramos, definir y acordar qué resulta esencial. Recién ahi trabajamos para encontrar las mejores soluciones y hacerlas posibles.

¿Por ejemplo?

—En los encofrados, por decir uno. Nosotros no usamos carpinteros de obra tradicionales. Usamos carpinteros de oficio. Eso cambia todo. Las terminaciones, las curvas, los niveles. Un carpintero de oficio ajusta una tabla con garlopa, piensa en el resultado visible. No es solo clavar una tabla: es arte aplicado al hormigón.

¿Eso lo fueron encontrando con el tiempo?

—Sí. Le fuimos metiendo amor al hormigón. Hoy, nuestras obras en hormigón son un ícono de la empresa. Buscamos gente con oficio. Eso lo aprendimos en el camino. Y lo aplicamos con cada nuevo proyecto.

¿Cómo fueron tus inicios?

—Empecé como carpintero en José Ignacio. Hacía decks y pérgolas. Después me ofrecieron una obra. No tenía taller, ni empleados, ni herramientas. Mi suegra me compró una combinada… y así nació Plá Carpintería. Luego se fueron abriendo puertas, como el Estudio Martín Gómez, y Barraca Luissi, que siempre nos apoyó. Yo siempre les digo a mis hijos: el “no” no existe. Si tengo que darme contra la pared hasta que se abra una grieta por donde pasar, lo hago. Así fuimos creciendo.

¿Hoy cómo definís Grupo PLA?

—Es un grupo. Un grupo de personas, de maquinaria, de oportunidades. Cuando explotó la construcción y todos eran constructores o carpinteros, decidí reunir todos los subcontratos dentro de una misma estructura. Sumé a mi equipo de carpintería a las obras y armamos nuestra propia estructura interna.

¿Qué servicios tienen integrados y ofrecen hoy?

—Prácticamente todo. Carpintería, maquinaria vial, electricidad, sanitaria, herrería. Tenemos nuestra propia planta de doblado y armado de hierro, en el polo logístico que estamos armando. Eso nos permite resolver la logística por fuera de la obra, que es clave porque los terrenos hoy son más chicos y las casas más grandes.

El nuevo polo logístico sobre el Camino de los Ceibos

Mencionabas recién el nuevo polo logístico que están desarrollando. ¿Qué papel cumple en el crecimiento del grupo?

—Es donde va a suceder toda la magia. Ahí estarán los camiones, la herrería artesanal, el taller de mantenimiento, la planta de hierro, y una carpintería de 1.500 m² con nuevas cabinas de laqueado. Todo junto, generando sinergia entre áreas.

¿También se integra el equipo técnico?

—Sí, la idea es que estén ahí también. No los arquitectos de obra —ellos siguen en terreno—, sino los que diseñan, eligen materiales, piensan los muebles, los colores. Queremos que todo ese equipo esté integrado en un solo espacio.

¿Cuándo estará operativo?

—Me gustaría que fuera a fin de año, pero seguramente será durante el 2026.

¿Cómo es la foto de ese nuevo escenario?

—Mi foto es la de mi equipo. La misma que tengo colgada en la oficina: mi familia y mi equipo, todos juntos. Las obras son ladrillos. Lo que importa es la gente. A mí no me gusta hacer edificios porque los siento fríos. Me gusta pensar en los detalles: si la señora quiere apoyar sus caravanas en la mesa de luz, o si una cama debe tener cierta altura porque el dueño tiene 80 años. Esos detalles son los que me mueven.

¿Sos muy detallista?

—Totalmente. Miro todos los planos antes, elijo cómo se hacen las cosas. Los goterones de hormigón, por ejemplo, los hacemos con despachos especiales porque no me gusta que se tuerzan. Y no trabajo con steel framing, porque no me gusta. Nunca lo hice, ni siquiera cuando lo necesitaba.

Proyectar talento, generar oportunidades

¿Estás trabajando con tu hijo Gonzalo, en una nueva unidad de negocio con foco en el desarrollo inmobiliario?

—Sí, para mí es una forma más de brindar soluciones. Identificamos terrenos, desarrollamos proyectos y podemos ofrecerle al cliente el paquete completo. Si no tiene arquitecto, se lo ofrecemos nosotros. O incluso desarrollamos y vendemos el producto ya terminado.

¿También le da espacio al equipo interno?

—Sí. Me encantaría que nuestros arquitectos empiecen a proyectar. No es por dinero. Es por darles la oportunidad. Hay muchos constructores que se hicieron conocidos gracias a un arquitecto, como fue nuestro caso. Pero también hay muchos arquitectos con talento que no tienen acceso a ciertos clientes. Nosotros podemos ser ese puente.

¿Querés mencionar a tu equipo de arquitectos?

—Sí, claro. Agustín Cerveto y Florencia González lideran esa parte. Son talentosísimos. Y se han sumado nuevos chicos también. Queremos generar productos completos, llave en mano. Pero, sobre todo, oportunidades para crecer.

Arquitectura con carácter: identidad, tecnología y arraigo territorial

En los últimos años, la arquitectura contemporánea en Uruguay ha evolucionado hacia una síntesis entre diseño, eficiencia y sensibilidad territorial. En este contexto, el GRUPO PLA, se ha consolidado como un referente de esta nueva mirada: una arquitectura comprometida con el paisaje, el cliente y el uso inteligente de los recursos.

Su abordaje, que podría definirse como artesanal-tecnológico, parte siempre del vínculo humano: «Nosotros diseñamos en base a cómo vive la gente, cómo le gusta moverse, cómo le gusta cocinar, cómo le gusta habitar. Hablamos mucho con los clientes», asegura Plá. A partir de allí, la constructora busca respetar esa identidad en diálogo con el terreno, con soluciones que combinan estética y practicidad, sin renunciar a la belleza ni a los detalles.

Esta firmeza en el oficio no excluye la innovación.  La empresa ha comenzado a incorporar tecnologías de última generación para optimizar sus procesos: «Tenemos un CNC, un centro computarizado que usamos en carpintería. “Le cargás un plano y te entrega el placard ya cortado, perforado, listo para ensamblar». Además, acaban de adquirir un mixer de hormigón que les permitirá independizarse en tiempos y logística. «Eso nos da libertad y precisión en obra, que es algo fundamental».

A pesar del crecimiento, el horizonte para el Grupo Pla sigue siendo el mismo: Maldonado. “Tenemos toda la logística para hacer una obra en Dubái, pero no nos interesa. Apoyamos Maldonado, que es el que nos dio la vida. Embellecemos la zona, le ponemos amor a cada proyecto, y eso creo, es algo que se ve”. Esa lealtad al territorio, sumada a una clara apuesta por el desarrollo tecnológico, convierte a Grupo Pla en un actor clave para el desarrollo y el crecimiento del Departamento.

Fotografías Grupo Pla

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