La interiorista Fiorella Galli se encargó de equipar este apartamento, ubicado en Carrasco, para una joven pareja junto a su hijo recién nacido. El desafío entonces era claro; adaptar los interiores de la vivienda con gracia y elegancia en esta particular etapa en la vida de sus habitantes.
La casa proponía una arquitectura que insinuaba los espacios a partir de una distribución franca, despejada. La primera intervención de Fiorella Galli partió entonces de la lectura de esa caja y de interpretar los perfiles culturales y sociales de esta pareja que vive el momento intenso de recibir al primer hijo.
Tres dormitorios, comedor con cocina integrada y dos livings bien diferenciados componían la planta recibida por Galli. La elección de la paleta de colores para cada uno de ellos resultó en un juego rico en tonos pasteles. Para el equipamiento, la reconocida profesional se apoyó en muebles de líneas simples con algunos pasajes vibrantes, generando un diálogo tranquilo que, si bien no llega a lo ecléctico, se aleja mucho del clasicismo. Muebles de líneas europeas inspiradas en épocas del siglo pasado francés, junto a piezas de clara impronta industrial en revisión contemporánea contribuyen a la generación de una atmósfera muy particular con gran relevancia de texturas francas.
En el living principal, una gran biblioteca pintada en negro domina la escena y establece el eje. Frente a ella, Galli ubicó dos sillones vestidos con fundas blancas que delimitan un claro sector de diálogo y encuentro. Una luminaria de estilo industrial viste la habitación y genera un singular contrapunto, que funciona. La biblioteca fue decorada con piezas de madera y otras que provienen del acervo familiar.
Separada por una estufa central, se abre otra área de living, en donde resalta el terciopelo azul con tachas con el que fue tapizado un sillón de un cuerpo de estilo inglés. Cortinas de lino suavizan la luz natural que la ventana deja entrever y una alfombre de fibras naturales acompañan la situación lograda.
El comedor integrado a la cocina se ha propuesto como un espacio de permanencia, por eso se dispuso alrededor de una gran banqueta múltiple de tres metros de largo, tapizada en lona stonewash con almohadones, para que sea bien cómoda. Las patas de la mesa se encuentran torneadas en metal negro y tapa de acero crudo, las luminarias colgantes son de estilo industrial y las sillas tolix verdes brindan el toque especial, con su elegante color que destaca. Las cortina roller en lino, de clásica estampa a rayas francesa, dan el toque final a la escena con gracia.
El dormitorio principal presenta paredes más oscuras. La ropa de cama fue elegida en lindos diferentes colores pasteles. El respaldo de cama presenta una funda de lino y muchos almohadones que dan color y armonizan la habitación.
Las mesas de luz en verde fuerte imponen el toque rockero de la decoración, junto a las lámparas industriales de pared.
La propuesta de este dormitorio para recién nacido se adhiere a la tendencia nórdica de enfocarse en materiales naturales y orgánicos y en una paleta de tonos neutros, para lograr la tranquilidad que los bebés necesitan y también para que los padres se sientan a gusto con la decoración que se integra a la paleta del resto de la casa. Con esta idea, los blancos, grises y azulados, se combinan junto a materiales como el lino, la madera y el cuero, brindando como resultado una atmósfera cálida, elegante e igualmente alegre, sin comprometer la esencia infantil. Sobre la pared principal se pintó a mano un gran mural de montañas, que hace de respaldo a la cuna de hierro blanca, hecha a medida pero cuidando los detalles, como en las viejas épocas, coronada por un dosel blanco de lino con un móvil de ovejas de lana. En la pared opuesta, la cómoda en azul —que durante los primeros años hace de cambiador— se acompaña con un conjunto de banderines, un estante de madera y a cada lado, luminarias de pared de bronce. Completan el conjunto un sillón de cuero con tachas acompañado de un stool de madera blanco y una alfombra a rombos de estilo marroquí, de lana.
Fotografías José Pampín