WELL es una de las obras arquitectónicas en las que se comparan voluntariamente paisajes,
cielos, lagos y bosques, y donde el proyecto logra desaparecer la frontera entre el ambiente exterior y el espacio interior, inspirados siempre en la naturaleza.
“…nos gusta pensar la arquitectura libremente, tener una visión flexible, abierta, sutil, para poder de esa manera exceder las ideas previamente arraigadas….” afirma Carlos Ponce de León.
Con el paisaje hacia los lados, la naturaleza adquiere un lugar preponderante. La arquitectura de WELL, situada en el entorno de LAGOS, busca la liviandad antes que la masa, la inspiración sin bordes delimitados, sus bandejas de hormigón armado de claras líneas horizontales parecen flotar en el aire, separadas solamente por los extensos planos vidriados con perfilería de aluminio negro, que permiten expandir los horizontes de sus habitantes. La arquitectura proyectada busca desarrollar el espacio de relajación en contacto con la naturaleza, buscando un vínculo respetuoso con el ambiente para mejorar la calidad de vida. Los elementos unificadores de los tres edificios han sido, el agua, el verde y los bosques. Las ventanas de las unidades enmarcan vistas concretas del entorno, donde la posición de los árboles, y de los jardines verticales colgantes han sido cuidadosamente estudiadas para crear una disposición armoniosa. El juego de luces y sombras, entrantes y salientes dados por los amplios balcones en los que se combinan muy pocos materiales y acabados, se han diseñado con la intención de evocar la tecnología de la arquitectura tradicional contemporánea. Este proyecto muestra cómo una construcción nueva puede integrarse a la trama existente e incrementar su densidad, al mismo tiempo que utiliza técnicas constructivas pertenecientes a la tradición local, contribuyendo a la preservación del medio ambiente. El proyecto incluye el desarrollo de tres edificios bajos, separados entre sí, que se disponen en el extremo norte de un lago situado en la zona cercana al Parque Roosevelt. Visualmente, los tres edificios forman una familia, con fachadas diseñadas para dar a cada departamento su individualidad y vistas ininterrumpidas hacia el lago, hacia el Parque y hacia los frondosos jardines existentes en la zona. La distancia entre las construcciones garantiza la privacidad y las vistas desde cada punto. Los edificios fueron diseñados bajo estrictos criterios de sustentabilidad, incluyendo en los balcones y terrazas la generación de sombras sobre los planos verticales, evitando así el deslumbramiento y la ganancia solar, integrando al interior de los departamentos los jardines aterrazados y jardines verticales colgantes. Todos los edificios bajos, tienen cubiertas superiores enjardinadas, de manera que desde cada departamento los habitantes tengan la oportunidad de ver verde en todas las direcciones.
Redacción Diego Flores
Fotografías Well / DDC Desarrollos / Ponce de León Arquitectos