Esta casa fue un proyecto que se desarrolló en plena pandemia, el estudio estaba a la expectativa de qué iba a pasar con los otros proyectos, así que se dedicó todo el equipo a este y en un mes estaba todo resuelto. Para esta residencia, se decidieron combinar varios materiales. Por un lado, una estructura de hierro, con unas vigas de 40 centímetros hechas a medida sobre la que se erige el resto de la casa. También hay algunas zonas de hormigón visto, que aportan una estética contemporánea, con un toque brutalista. La madera, en cambio, aporta la calidez, con su presencia en la planta superior en los pisos y en la inferior en cielorraso. La naturaleza no solo está en los materiales de la construcción, sino también en el entorno. En el fondo hay una huerta y un jardín con flora nativa, junto al lago de Viñedos de la Tahona. Y, además, los arquitectos decidieron incorporar patios interiores, una influencia oriental que también se ve reflejada en la elección de las plantas, como la espumilla, nativa de Asia.
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Redacción Martín Flores
Fotografía José Pampín