Vivienda Cenzón / Alejandra Sánchez

La casa ocupa uno de los pocos solares marcados sobre la playa, en la ruta 10. Esta circunstancia supone un rango diferencial muy valorado que ha permitido que la Arquitecta Alejandra Sánchez generara un volumen que a partir de las complejidades del terreno creciera hasta convertirse en un fabuloso refugio frente al mar.

Distanciada de la ruta y su tránsito por una suerte de atrio enriquecido por manchas de césped, mucho verde y la vitalidad del mar, del que la separan las dunas, la casa proyectada por la Arquitecta Alejandra Sánchez para una familia integrada por un matrimonio e hijos adolescentes creció al tiempo que el proceso de construcción se desarrollaba. A medida que la obra avanzaba la inquietud de los habitantes, con los cuales el dialogo resultó fluido y animado, significó que lentamente se gestara la idea de convertir la casa en un refugio permanente.

Se trata un terreno entre medianeras y la idea de aprovechar al máximo su potencialidad de ocupación, cumpliendo con todos los requerimientos municipales, determinó la construcción de un subsuelo con una variedad de espacios y propuestas. El habitante es coleccionista y gusta de la mecánica, así fue como surgió un concepto de garaje más amplio que el habitual de guardado. Es un “taller mecánico”, lugar de fitness y posee un espacio semiprivado y acogedor equipado como cava y lugar de TV y de reunión con amigos. En este nivel también se ubica el lavadero y la sala de máquinas.

En la  planta principal se ubicaron en esta planta las áreas sociales, cuarto de estar, comedor y la cocina integrada, que permite una directa vinculación con estos espacios y con el escenario marítimo. Además, una galería en “L” recorre todo el perímetro de esta planta conformando sectores de uso variado: relax y zona de parrilla.  Para el cuarto de estar que ocupa una de las dos alas en que se concibió la planta baja, se generaron distintas situaciones. La gran planta, abierta, fue segmentada a partir del equipamiento. En el nivel superior se ubican la suite principal y tres dormitorios más en suite con sus respectivas terrazas. Cada uno de estos ambientes se conecta con visuales y expansiones hacia el mar. Por último, una escalera concebida como cinta plegada de hormigón recorre, sin solución de continuidad, todos los niveles y nos lleva a la terraza donde el paisaje, en su máxima expresión, es  protagonista.

La Arquitectura desplegada por Sánchez se apoya en volúmenes puros cegados hacia la ruta que generan intimidad y distancia. La materialidad se concreta con materiales nobles y de fácil mantenimiento, como el hormigón visto y la piedra. El proyecto se apoyó en la idea de aprovechar al máximo las singularidades que ofrecía el terreno y su ubicación que a la vez suponía complejidades concretas a la hora de la construcción.

Encuentra la nota completa en Revista Arquitectura&diseño #167

Redacción Diego Flores

Fotografía José Pampín

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