La idea original se respetó, se trata de una interpretación del formato Villa Toscana y el diseño respeta la identidad del edificio original, incorporando nuevas áreas que no solo cumplan con las necesidades funcionales de los ocupantes, sino que también se integren visual y estilísticamente con lo existente. Los habitantes necesitaban adaptar la estructura original, que al mismo tiempo que duplicó la superficie original, permitió personalizar el espacio. La conexión de lo existente con lo nuevo se da a través de un amplio corredor que actúa como el eje de conexión entre las distintas áreas y proporciona coherencia y fluidez al conjunto.

La sutileza de la intervención se relaciona con el carácter estético del equipamiento dispuesto, sobrio, delicado y relacionado en armonía con las arcadas de medio punto que enmarcan las vistas con fuga que logra la nueva distribución de la planta.