Dos temas emergen cruciales en la realidad actual de la ciudad de Montevideo, la limpieza y la movilidad. El proceso migratorio interno que significa el desarrollo y crecimiento de Ciudad de la Costa se genera a partir de la mudanza de habitantes de distintas zonas de la ciudad de Montevideo, lo que genera situaciones de abandono e incertidumbre que se potencian notablemente con el flagelo de la basura que parece no tener solución. Camino a las elecciones departamentales que se celebrarán el próximo mayo, con la presente edición abordamos uno de estos temas, el vinculado a la movilidad.
Montevideo enfrenta una transformación urbana marcada por la expansión hacia el este, un fenómeno que redefine la movilidad y los conceptos de urbanización en la capital uruguaya. En lugar de densificarse dentro de sus límites tradicionales, la ciudad ha optado por extenderse hacia la Costa de Oro y los departamentos vecinos, generando nuevos desafíos en términos de conectividad, infraestructura y sostenibilidad.
Este crecimiento horizontal ha acentuado la dependencia del automóvil, dado que las opciones de transporte público no han evolucionado al mismo ritmo que la expansión urbana. Mientras que barrios como Carrasco, Barra de Carrasco y Parque Miramar continúan consolidándose como polos residenciales de alto poder adquisitivo, zonas más alejadas como Ciudad de la Costa o El Pinar han experimentado un aumento en su población sin una planificación integral de movilidad. Esto se traduce en mayores tiempos de traslado, congestión en los accesos y una creciente desigualdad en la accesibilidad a servicios y oportunidades.
A diferencia de ciudades que han adoptado modelos de urbanización compacta, Montevideo aún no ha desarrollado estrategias efectivas para integrar su expansión con un sistema de movilidad eficiente. La ausencia de un transporte público rápido e interconectado, como trenes de cercanía o corredores exclusivos de buses de alta capacidad, dificulta la fluidez de los desplazamientos y refuerza un esquema urbano disperso y dependiente del automóvil.
Sin embargo, la oportunidad de reconfigurar la movilidad en Montevideo sigue abierta. El desarrollo de ciclovías más integradas, el incentivo del transporte eléctrico y la optimización de los corredores viales podrían contrarrestar los efectos negativos de la expansión. Además, la implementación de un modelo de «ciudad de 15 minutos», donde las necesidades básicas puedan resolverse sin grandes desplazamientos, permitiría una urbanización más equilibrada y sostenible.
Montevideo está en un punto de inflexión: continuar con un crecimiento desordenado y con altos costos en movilidad, o repensar su desarrollo en función de un sistema urbano más eficiente, equitativo y resiliente. La movilidad, más que una cuestión de transporte, es la clave para definir qué tipo de ciudad se quiere construir en el futuro.
La movilidad es un pilar fundamental en los conceptos de urbanización contemporánea, ya que define la accesibilidad, la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades. En un mundo cada vez más urbanizado, donde el crecimiento poblacional y la expansión de las áreas metropolitanas plantean desafíos constantes, la planificación de la movilidad adquiere un rol central en la calidad de vida de los ciudadanos.
Los modelos actuales de urbanización buscan alejarse del paradigma tradicional basado en el automóvil y priorizan soluciones más sostenibles como el transporte público eficiente, la infraestructura para peatones y ciclistas, y el desarrollo de ciudades de «15 minutos», donde las necesidades básicas pueden satisfacerse a poca distancia del hogar. Además, la integración de tecnologías inteligentes, como semáforos adaptativos, vehículos eléctricos y sistemas de movilidad compartida, optimiza los desplazamientos y reduce la congestión urbana.
Otro aspecto clave es el impacto ambiental: la movilidad sostenible contribuye a la reducción de emisiones de carbono y mejora la calidad del aire, aspectos esenciales en la lucha contra el cambio climático. La planificación de la movilidad no solo responde a necesidades funcionales, sino que también moldea el diseño urbano, influye en el uso del suelo y fomenta comunidades más inclusivas y equitativas.
En definitiva, la movilidad no es solo un medio de transporte, sino una herramienta de transformación urbana que permite reconfigurar las ciudades para que sean más habitables, resilientes y dinámicas en el futuro.
El proyecto del Tren-Tram y su impacto en la movilidad
El tren-tram es una propuestas ambiciosa para modernizar la movilidad en Montevideo. Se trata de un sistema híbrido que combina las ventajas del tren y el tranvía, permitiendo un transporte rápido y eficiente a lo largo de corredores estratégicos. En particular, el proyecto contempla la implementación de un servicio en los ejes de las avenidas 8 de octubre e Italia, dos arterias clave para la conectividad de la ciudad. Entre los beneficios del tren-tram se destacan:
Reducción de tiempos de viaje: Al operar en vías exclusivas y con paradas estratégicas, ofrecería una alternativa más rápida y confiable al transporte actual.
Menor congestión vehicular: Al fomentar el uso del transporte público, reduciría la cantidad de automóviles en circulación, especialmente en horas pico.
Sostenibilidad: Utilizando tecnologías limpias, contribuiría a la disminución de emisiones contaminantes y al desarrollo de una movilidad más ecológica.
Mayor integración urbana: Permitirá conectar de manera más eficiente diversas zonas de Montevideo y sus alrededores, beneficiando tanto a residentes como a trabajadores que se desplazan diariamente.
Propuestas de los candidatos en materia de movilidad
Los diferentes candidatos a la Intendencia han presentado diversas iniciativas para abordar los desafíos de movilidad en Montevideo:
Mario Bergara (Frente Amplio): Es el principal impulsor del tren-tram, destacándolo como una solución clave para modernizar el transporte público. Su propuesta incluye la creación de corredores exclusivos para este sistema en 8 de octubre e Italia, además de una revisión integral de rutas y frecuencias del transporte colectivo. También plantea un «shock» en la mejora de veredas para optimizar la movilidad peatonal.
Verónica Piñeiro y Salvador Schelotto (Frente Amplio): Aunque no han presentado propuestas específicas, se espera que apoyen el tren-tram dentro de un plan de movilidad unificado del Frente Amplio. Sus enfoques incluyen la mejora del transporte público y la infraestructura peatonal.
Martín Lema (Partido Nacional): Se enfoca en la mejora de la infraestructura vial y la reducción de tiempos de traslado. Propone una revisión de los corredores de transporte público y la modernización de los sistemas de semáforos para optimizar la circulación.
Virginia Cáceres (Partido Colorado): Prioriza la mejora de la infraestructura vial y peatonal, así como la gestión del transporte público para hacerlo más eficiente. También sugiere un mayor incentivo al uso del transporte eléctrico.
Roque García (Cabildo Abierto): Ha planteado la necesidad de una reestructuración del transporte público, promoviendo tarifas accesibles y un mejor servicio para los barrios periféricos. También propone más inversión en ciclovías y transporte alternativo.
El proyecto del tren-tram representa el único plan concreto que actualmente existe para atender el tema de la movilidad urbana en Montevideo. Es entonces una oportunidad significativa para transformar la realidad en Montevideo. Su viabilidad dependerá del respaldo político y de la capacidad de implementación por parte de la futura administración departamental. Con un adecuado desarrollo, podría convertirse en una pieza clave para un sistema de transporte público más eficiente, sostenible e inclusivo que nos instale a todos, frente a una nueva realidad.