UN NUEVO MODELO DE URBANIZACIONES
Nos convoca el lanzamiento de Well, el más reciente emprendimiento que se registra en LAGOS, una urbanización nueva que ha crecido con un singular cuidado por los detalles y una rapidez que llama la atención. Juan Antonio Damiani, director del grupo desarrollador, nos seduce con su entusiasmo, profesionalidad y agilidad para resolver múltiples situaciones simultáneas. Es insolentemente joven y su vitalidad agota. La entrevista la pactamos para una mañana en un temprano abril, en la urbanización. Nuestro entrevistado desechó la posibilidad de un encuentro en su oficina y nos citó para encontrarnos en una de las fantásticas esquinas de LAGOS.
La evolución del programa residencial LAGOS ha transcurrido en silencio y con increíble efectividad, ha reunido a casi un centenar de familias que, en un altísimo porcentaje, más que invertir ha decidido instalarse en este territorio donde la recreación de la idea del barrio del siglo pasado ha funcionado como un imán al que resulta imposible resistirse. El entusiasmo ha sido tal que de inmediato esta propuesta inmobiliaria cotizó alto y actualmente se ubica como una opción de preferencia para quienes desean vivir en un barrio jardín.
Tiene treinta y dos años, está felizmente casado con Graciana y junto a los deliciosos dos años de Guadalupe Emilia esperan la llegada de su nueva hija para mediados de julio. Inquieto, su mirada opera como un scanner, reacciona atento a todos los detalles que lo rodean. Nos encontramos frente a la casa de su madre, ubicada en Lagos. Es la primera construcción que se levantó en esa zona. “Vivimos en esta casa un tiempo y realmente me gusta mucho. Ahora vive mi madre y de alguna manera regreso aquí todos los días”, nos comenta con entusiasmo e indisimulado orgullo. Mientras Pampín nos ubica para las primeras fotos que su cámara decide deben producirse en la pasarela de madera que flanquea la segunda laguna, ubicada frente a la casa materna, comenzamos a conversar sobre temas generales que, sin importar por donde comienzan, inevitablemente terminan siempre en LAGOS.
“Cuando éramos niños mi padre nos traía hasta aquí para enseñarnos a manejar. Es un lugar mágico, donde los espejos de agua instalan una atmósfera particular, es difícil de explicar. Recuerdo que esta zona era una fracción de campo que tenía dos porteras. Nosotros vivíamos del otro lado de Avenida de las Américas y llegar hasta aquí era toda una aventura…”
Juan Antonio Damiani organizó a fines de marzo el lanzamiento de Well, un singular emprendimiento inmobiliario que resume en su esencia la lógica del wellness, en el último piso del Aeropuerto Internacional de Carrasco. Entonces, junto al Intendente Municipal de Canelones y al arquitecto Carlos Ponce de León, nos sorprendió a todos con su manera de seducir y cautivar a las casi trescientas personas que acudimos a la presentación. Los detalles organizativos de la reunión fueron increíblemente cuidados, desde el catering hasta el audio, el video que ofició de telón y la recepción de cada invitado. Todo funcionó a la perfección y con niveles de calidad de raro registro en nuestro medio. Tiene treinta y dos años, pero por su frescura y encanto personal parece más joven. Allí la sorpresa para quienes no lo conocíamos.
“Estudié Administración de Empresas, pero confieso que la Arquitectura, las artes plásticas y el diseño siempre me apasionaron. Cuando mi padre adquiere estas tierras en un remate, comenzamos a soñar con la posibilidad de hacer algo parecido a lo que finalmente construimos. Mi padre (Juan Pedro Damiani) es un hombre visionario y no dudó en acudir al remate e intentar la compra de catorce hectáreas que desde el punto de vista productivo no prometían mucho, el sueño ya había empezado. Este lugar era una vieja cantera de arena y se ubicaba a continuación de una urbanización que se fue organizando con firmeza, que se conoce como Parque Miramar. De hecho, mi padre vive del otro lado de la Avenida de las Américas, frente al gran lago. Uno de sus vecinos era el arquitecto Martín Gómez Platero, con el cual antes que yo entrara en el tema ya había comenzado a soñar con hacer algo en estas tierras. Ese es el embrión para este sueño que hoy llamamos LAGOS.”
Actualmente la urbanización LAGOS ocupa casi 18 hectáreas y se accede a ella como una continuación natural de Parque Miramar. Llama nuestra atención el trazado urbano propuesto para este barrio. El diseño, creación del Estudio Gómez Platero, es perfecto. Muchas curvas convierten el recorrido en todo un paseo y proponen una espacialidad particular, de la que rápidamente tomamos nota. Los lotes prevén retiros cuidados y el nivel de las casas construidas es muy parejo. Las calles están, en su gran mayoría, pavimentadas y las que aún no, lo estarán en los próximos meses. La iluminación, el aseo y la presencia sigilosa y discreta del personal de seguridad nos lleva a imaginar que estamos recorriendo las calles de una ciudad de otro país, donde todo está bien y no se conoce la inseguridad.
“Creemos en los procesos creativos organizados. Por esa razón, cuando decidimos embarcarnos en la tarea de construir y desarrollar LAGOS, lo hicimos conscientes de que era la gran oportunidad de poner en práctica los valores y todos aquellos elementos con los que nos criamos y en los que creemos firmemente. La idea del barrio debe tratar de la construcción de una comunidad. El sentido de pertenencia, la querencia, todo debía estar orientado hacia ese destino. Por esa razón, la planificación de los lotes, sus dimensiones, la preocupación por captar habitantes y no solo a inversores, siempre orientó nuestros pasos. LAGOS es una comunidad abierta socialmente, que cuida mucho los detalles que hacen a la convivencia, entre ellos, la seguridad por supuesto cuenta mucho y a este tema le prestamos gran atención, pero también nos preocupa mucho la condición humana de los habitantes y la inquietud por vivir en ámbitos naturales, en armonía con la naturaleza y con la simplicidad que suponen la bicicleta, los partidos de fútbol improvisados y el conocimiento de los vecinos entre sí.”
A medida que Pampín avanza con sus fotografías, intentando el mejor retrato de nuestro entrevistado, por la calle pasan vecinos a los que Juan Antonio Damiani saluda por su nombre. También pasan proveedores a los que Damiani identifica, nuevamente, por su nombre. Luego, al recorrer los metros que nos separan de nuestros automóviles, identifica las casas construidas en la cuadra y las señala mencionando a sus habitantes y también a los arquitectos responsables del diseño. En LAGOS, a Damiani nada le resulta ajeno o sorpresivo. Está al tanto de todo. Una bicicleta aparece desde la esquina y lleva a un empleado de la empresa de seguridad. “Nos preocupa mucho el ruido de las motocicletas, la idea es que la ronda sea constante y silenciosa”, nos señala.
“El concepto original de la urbanización ha ido evolucionando. Desde las primeras líneas del fraccionamiento hasta la actualidad, hemos crecido en el negocio del desarrollo inmobiliario, tanto como para determinar un perfil distinto, propio. No nos interesa simplemente vender lotes, nos anima la idea de construir comunidades y generar barrios donde la vida tenga un sentido compartido. Ese es nuestro negocio.”
Actualmente LAGOS cuenta con setenta y seis casas habitadas, ocho casas en construcción y 21 lotes vacíos. De estos últimos, casi un 90 % está vendido y se aguarda el inicio de las obras, y son muy pocos los que están disponibles, en oferta. El grupo desarrollador que lidera Juan Antonio Damiani en estos momentos proyecta la ampliación de la urbanización con la incorporación de tierras adyacentes que sumarían unos treinta y cinco lotes más. Con respecto a la seguridad, el esquema adoptado por LAGOS se apoya en el trabajo de una empresa particular que integra recursos humanos, la presencia física con rondas regulares las veinticuatro horas del día y tecnología. Esta última es responsable de la ausencia de vallas y mayor cantidad de garitas, pero un dato cierto es que todos quienes ingresamos al barrio quedamos registrados y somos identificados.
Hemos terminado la producción de fotografías frente a la casa de su madre. Juan Antonio Damiani nos invita a trasladarnos hacia el complejo Las Casas, ubicado en el eje que separa LAGOS de Parque Miramar. Allí nos aguarda otra sorpresa. Nuestro vehículo sigue al de nuestro entrevistado. Los lomos de burro dispuestos con mucho criterio limitan nuestra velocidad. El paseo, que de eso se trata, nos permite verificar la contundente presencia de los espejos de agua que ubicamos tanto a nuestra derecha como a nuestra izquierda. Llama nuestra atención divisar muy pocos carteles de venta o arriendo.
Nuestro destino es LAS CASAS, una suerte de condominio con casas apareadas que ocupan un predio grande, casi una hectárea, que luce un perímetro cerrado, algo así como un barrio dentro del barrio. Un portón de madera y una garita construida en sintonía con la plástica que propone lo que divisamos desde allí nos alerta. Es algo así como una calle, una única calle que articula el despliegue de bloques dispuestos en eje corrido, que pronuncia el efecto de la curva que esta arteria dibuja en el terreno. El conjunto integra veinte casas apareadas. Todas están pintadas en el mismo color, un beige verdoso que resulta singular. Juan Antonio Damiani se detiene frente a una de las casas. Allí vive su abuela, la primera habitante del conjunto.
“En el año 2014, con el proyecto ya desatado, decidimos que era importante ofrecer una alternativa para quienes deseaban vivir en LAGOS. Así nace esta propuesta que diseñaron Juan Diego y Tomás Vecino, de JDVA, que nos permitió integrar a jóvenes, mayores y familias en desarrollo, por las más variadas razones, no solo económicas, a lotes en la urbanización regular. Nuestra sorpresa fue lo que sucedió con esta idea. Una semana antes del lanzamiento del proyecto, comenzamos a recibir llamadas. Amigos, conocidos, familiares. Lo cierto es que en una tarde, por teléfono, adjudicamos las veinte casas. El impacto de la respuesta nos ratificó en el camino emprendido. Y estamos muy felices por ello. Mi abuela fue la primera habitante de este condominio. Es, junto con la casa de mi madre, uno de los lugares que frecuento a diario.”
El éxito de LAS CASAS motivó que el grupo desarrollador alentara la idea de repetir el suceso con un programa similar. Así nace LA BAHÍA LAGOS, también a cargo de Juan Diego y Tomás Vecino (jdva). En este caso se trata de un condominio abierto cuyo proyecto se apoya en la idea de capturar las vistas sobre la laguna y ofrece ingresos independientes y conectados con la calle. El éxito en las ventas de este proyecto actualmente en obra repitió el suceso de su antecedente.
La manzana cuyo flanco sur ocupa este proyecto, encuentra enfrente, pasando la laguna natural, dos hectáreas libres que son las que ocupa el proyecto WELL del arquitecto Carlos Ponce de León. Con este conjunto compuesto por tres bloques de cuatro pisos de altura cada uno y cuarenta y ocho apartamentos, LAGOS completa su perfil urbano y logra globalizar la oferta imaginable, casas, condominios y apartamentos. Importa saber que WELL se proyectó teniendo en cuenta el concepto wellness que subraya la importancia de la atención del espíritu en la concepción de la calidad de vida como meta posible. Y no es que se trate de algo nuevo, que la buena arquitectura siempre ha tenido ese objetivo en la mira; sucede que en este caso, Ponce de León ha logrado resumir en un proyecto el concepto regulador de toda la urbanización.
Han transcurrido dos largas horas desde nuestra llegada. La conversación no decae y Juan Antonio siempre encuentra puntos de inflexión para retomar con bríos el intercambio de ideas y pareceres. Notamos que evita contarnos dónde vive actualmente, pero sabemos que ya cuenta con un lote en LAGOS y que está proyectando su casa para regresar a la urbanización. Es un caso raro, es un desarrollador que vive sus desarrollos y eso habla mucho acerca de él y de lo que hace.