El proyecto surge desafiante desde que la ubicación del terreno propuesto es única, sobre la playa en la playa la Juanita, en la urbanización El Tesoro. El predio cuenta con un frente de cuarenta metros sobre la playa, de la cual lo separa las dunas naturales. La vista oceánica, hacia José Ignacio por un lado y hacia Punta del Este por el otro, comprometía la implantación en la necesidad de capturar la mejor visual. El partido tomado por los Arquitectos es claro, la fachada principal, orientada hacia la ruta, niega las visuales a partir de un tratamiento basado en reglas de lapacho colgada de una estructura metálica que generan una piel en parte opaca, en parte traslucida. La fachada posterior se abre totalmente hacia la playa con grandes transparencias, una gran galería y una importante piscina que recorre en buen tramo el ancho de la edificación. Los laterales se abren parcialmente, siempre bajo la protección de las reglas de lapacho que además, identifican al volumen. Dada la ubicación la elección de los materiales constituyó un aspecto vital del proyecto, se trataba de concebir una estructura con bajo mantenimiento que permitiera formas modernas con detalles contemporáneos. La estructura es de hormigón a la vista, los sectores de la fachada donde se utilizó madera fueron revestidas con lapacho, que deviene en color gris y las aberturas son de aluminio color negro. La volumetría de la casa fue definida en una “U” semi abierta para que la vista se orientara hacia hacia el océano. En el interior se mantuvo un ala central donde se ubicó el área social, living, comedor, cocina integrada y toilette, se generó una ala derecha que contiene la master suite y una suite mas pequeña y hacia el sector opuesto se concibió una tercera ala con dos dormitorios en suite y un playroom.
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Redacción Diego Flores
Fotografía José Pampín