Luego de las intensas conversaciones con los habitantes y del reconocimiento del lugar, un terreno ubicado excepcionalmente en el barrio Los Olivos, el proyecto del Estudio Kopel Sánchez delineó dos grandes cajas con cubiertas a cuatro aguas integradas por intermedio de una tercera que a modo de interface rectangular conforma el conjunto que se extiende a lo ancho del terreno estableciendo un gran jardín hacia los fondos y una suerte de atrio verde en la fachada principal.
La planta de distribución fue organizada a partir de la orientación de la casa, que es plena hacia el Norte, con lo cual todos los ambientes reciben abundante luz natural. La estructura del edificio fue revestida en madera dispuesta horizontalmente y enriquecida por un juego de pérgolas, también en madera, construidas en líneas rectas y despojadas de ornato. El conjunto se potencia y reafirma su carácter con un importante deck de madera que a modo de falta recorre todo el perímetro construido.
El fuerte carácter que le confiere la madera en las fachadas se traslada hacia el espacio interior, donde se aplicó con color con la intención de generar la atmósfera pretendida donde la calidez aporta a los ambientes de importantes dimensiones que se generaron como escenarios para la vida familiar y social de los habitantes. Los pavimentos fueron revestidos con microcemento. El interiorismo de la casa fue proyectado y ejecutado por Estudio Pura. Logrando así un diseño que combina mobiliario y objetos con las texturas de revestimiento, incorporando elementos naturales como la madera.
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Redacción Diego Flores
Fotografía José Pampín
