El arquitecto Fernando Pereira, en conjunto con Eduardo Pezzani como arquitecto asociado a SITIO ARQUITECTURA, lideran los proyectos vinculados al sector Salud, un área en la que el estudio ha logrado consolidarse con éxito. Su experiencia en este campo incluye la intervención en el Policlínico Este del Seguro Americano, así como el desarrollo del proyecto ejecutivo para la ampliación del Sanatorio Americano, que abarca 13.000 m². La primera etapa de esta ampliación comprende un Centro de Radioterapia de referencia a nivel nacional.
La arquitectura hospitalaria ha experimentado una evolución significativa en los últimos años, impulsada por una creciente conciencia sobre la relación entre el espacio construido y el bienestar humano. La pandemia de COVID-19 ha intensificado esta reflexión, colocando a los hospitales en el centro de un debate sobre cómo sus diseños pueden mejorar la experiencia de pacientes, personal médico y visitantes, especialmente en momentos de crisis sanitaria global. Uno de los aprendizajes más destacados de la pandemia es la necesidad de espacios flexibles y adaptables. El desborde que sufrieron las unidades de cuidados intensivos (UCI) obligó a repensar la manera en que se organizan los espacios y la circulación dentro de los hospitales. La tendencia hacia la modularidad en la arquitectura hospitalaria cobró fuerza, con diseños que permiten transformar rápidamente áreas de tratamiento según las demandas cambiantes, como la incorporación de sistemas móviles o estructuras temporales que optimicen el uso de cada metro cuadrado.
Ha quedado en evidencia que la arquitectura hospitalaria debe ser más que funcional; debe ser un reflejo de la importancia de la salud integral de las personas. La experiencia vivida en los hospitales durante la crisis sanitaria ha provocado un cambio de paradigma generando espacios más adaptables, saludables y orientados al bienestar, con un enfoque integral que equilibre las necesidades clínicas y humanas de cada uno de los actores involucrados. También puso en evidencia una necesidad urgente de adaptar los entornos hospitalarios, lo que subrayó la importancia de crear espacios polifuncionales que pudieran responder rápidamente a las fluctuantes demandas de atención médica. La capacidad de transformar un área del hospital en función de los requerimientos emergentes –por ejemplo, convertir una zona de diagnóstico en una sala de tratamiento intensivo en tiempos de crisis– es casi imprescindible al momento de concebir una estructura hospitalaria, independientemente del nivel de atención. Al incorporar elementos móviles y modulares, como particiones y unidades de tratamiento móviles, la flexibilidad operativa que generan permite adaptarse a diversas situaciones sin perder eficacia ni seguridad. Estos espacios permiten también una rápida reconversión para otros usos, como la habilitación de unidades para atención de pacientes con enfermedades contagiosas o la creación de áreas de aislamiento para evitar la propagación de virus. Además, la polivalencia de ciertos sectores puede extenderse más allá de las áreas clínicas, integrando, por ejemplo, salas de espera que puedan funcionar como áreas de consulta en tiempos normales y como espacios de descanso o de socialización durante situaciones excepcionales. La polifuncionalidad no solo optimiza el uso de los espacios, sino que también puede contribuir a mejorar la experiencia del paciente y el personal sanitario al permitir un flujo más organizado y eficiente dentro del hospital. La pandemia también evidenció cómo los hospitales deben integrar soluciones tecnológicas en sus diseños para permitir que esos espacios multifuncionales sean efectivos. Desde sistemas de ventilación avanzados hasta tecnologías de monitoreo a distancia, los espacios polifuncionales deben estar equipados para cumplir con diversas funciones sin comprometer la calidad del cuidado o la seguridad del entorno. Además, la inclusión de espacios de trabajo flexibles para el personal, que puedan ser transformados según las necesidades, también mejora la eficacia operativa, reduciendo el estrés y mejorando la calidad del trabajo.
Fotografías José Pampín