12 segundos de oscuridad en Cabo Polonio

Por Sofía Hughes

 

Agios (isla, en griego) es el resultado de un sueño que se viene proyectando desde hace muchísimos años. Desde muy chica, ella anhelaba con tener una casa en Cabo Polonio, un lugar que le resultaba mágico y que había elegido, ya un poco más grande, para veranear con sus hijos. Fue conquistada por la sencillez del lugar, los cielos estrellados, la luna llena que de vez en cuando ilumina el camino y el desenchufe de un mundo agitado, lleno de compromisos y en constante movimiento.

Pasados los años, este gran sueño fue creciendo y junto a él se sumaron personas y conceptos que formaban parte del mismo. Hace muy poquito tiempo surgió lo inesperado, los astros se alinearon y se concretó la venta de un espacio en donde esta pareja proyectó su tan ansiada visión. Con pocos metros cuadrados pero con una gran imaginación, los propietarios diseñaron, abarcando tanto exteriores como interiores, una pequeña casa en donde disfrutan de sus hijos y de la naturaleza que los rodea.

Juan Cardoso, un local de Cabo Polonio, quien fue responsable de la construcción de la casa y es ahora un amigo de la familia, trabajó incansablemente durante dos meses para poder llevar a cabo este proyecto. Aunque muchas ideas surgieron de la pareja, de su vigorosa búsqueda de soluciones creativas y piezas que le darían carácter a la vivienda, nada podría haberse logrado sin la participación de este experto, que se puso la camiseta y tomó al proyecto como un sueño propio.

A lo largo de todos los interiores, podemos encontrar piezas como puertas, antiguas persianas y postigones que fueron rescatados de la vivienda original y reinterpretados dentro del diseño de Agios. Tanto el diseño de interiores como el de la mayoría del mobiliario y accesorios fue realizado por los propietarios mismos y sus hallazgos, que venían atesorando para cuando llegara el día de armar esta casa. Una de las particularidades de esta vivienda es que, a diferencia de muchas casas ubicadas en Cabo Polonio, cuenta con electricidad 220 V. No obstante, todos aquellos quienes la disfrutan, saben aprovecharse de las mejores cualidades naturales que acompañan este hogar. La electricidad les facilita algunos aspectos de la vida cotidiana, como la conservación de alimentos, pero se ve ignorada a la hora de la iluminación, en la que recurren al uso de velas, la luz natural del sol y la luna o incluso al disfrute de la oscuridad para afinar y apreciar el resto de los sentidos.

Una de las piezas más características de la casa y que esconde una gran historia, es el cuadro del Faro de Cabo Polonio realizado por el artista plástico Diego Kröger. La dueña de casa soñaba con este cuadro desde el primer momento que lo vio. El mismo presentaba a Cabo Polonio en toda su riqueza, y era la pieza con carácter local que faltaba para completar su nueva vivienda. Su marido, al tanto de esto, lo compró y escondió durante meses para que, llegado su cumpleaños, se lo pudiera entregar. Pero la ansiedad de la dueña de casa le pasó una mala jugada, entre tontas peleas con el artista porque se lo había prometido a ella pero vendido a un anónimo comprador, Kröger le dió su palabra de que tenía un cuadro muy similar al que ella quería y se lo iba a conseguir. La propietaria, desconforme, no le quedó otra alternativa que esperar con desilusión. Llegado su cumpleaños, se llevó la grata sorpresa que el anónimo comprador había sido su marido.

Con mucho cariño y dedicación, se logró alcanzar la tan soñada casa en Cabo Polonio, un proyecto que nunca va a dejar de ser, ya que día a día le siguen aportando afecto e ideas para seguir moldeándola. Ahora, la nueva ilusión de sus dueños es que la misma quede siempre en familia por todas las generaciones a venir.

La escalera caracol permite el acceso a una terraza que presenta una de las mejores vistas de Cabo Polonio.

La mesa ratona exterior fue diseñada por los propietarios con un resto de madera que encontraron en un aserradero en Paraguay.

La mesa fue diseñada por los dueños/interioristas con el asesoramiento de Hierros Juana Boix. El espejo fue un hallazgo del Chuy.

Predominan materiales naturales como el hormigón, la madera y el revoque, y se brindan toques de color y calidez a través de los almohadones, candelabros, alfombras y puffs. Más allá de contar con electricidad, prevalecen las velas como recurso de luz, para no perder la magia del entorno que los rodea.

Cuadro realizado por el artista plástico Diego Kröger, considerado uno de los grandes íconos del Cabo. El pintor y escultor se radica con su trabajo tanto en Montevideo como en Cabo Polonio.

Pequeños detalles, como el resto de madera que fue encontrado en la playa local e incrustado en la pared del living, son aquellos que demuestran el nivel de intervención que tuvo la pareja a lo largo del desarrollo de la obra.

Otra transformación muy interesante es el uso de los postigones de la vivienda original para crear revestimientos sobre la barra de cocina actual.

Al contar con espacio reducido, ambos cuartos secundarios fueron planteados con cuchetas para optimizar el espacio.

Un arco comunica ambas habitaciones. Las mismas pueden mantenerse aisladas a raíz de una ingeniosa solución ideada por los dueños y ejecutada por el carpintero, el herrero y el constructor.

Separador ideado por los dueños de casa, que consiste en un sistema de rieles, antiguas persianas que pertenecían al diseño original de la vivienda, y el reciclaje de unos cajones de verdura que hoy funcionan como estantes para el guardado de ropa y decoraciones.

Antiguos azulejos adquiridos en la feria de Tristán Narvaja, son los mismos que podemos apreciar en la cocina.

La arquitectura del interior del baño sigue con la misma estética que el exterior de la casa. Tienen una línea vegetal, similar a lo que podemos apreciar en el diseño de Casa Pueblo por Carlos Páez Vilaró.

Exclusiva puerta obtenida en una demolición que forma parte del marco ubicado como araña funcional en la barra de la cocina

Una de las destacadas vistas de Cabo Polonio desde la terraza superior de la vivienda.

Desde aquí podemos apreciar las sinuosas líneas del proyecto, al igual que la característica chimenea que alude al grandioso diseño de Carlos Páez Vilaró.

Vivienda iluminada por la luz de distintas velas en un clásico anochecer en Cabo Polonio.

Carro de madera y hierro con champagnera incluida de Hierros Juana Boix.

 

Fotografía Nico di Trapani

Ads

Lecturas recomendadas

B53A7317 copy
Leer más
Summum Alta-17
Leer más
CCCC Alta-14
Leer más