Inspirado en la filosofía sueca Lagom, la concepción del proyecto se basó en el cuidado de todos aquellos aspectos que hacen a la experiencia emocional del habitar. A partir de un emplazamiento definitivamente único, los dos volúmenes diseñados resuelven la mejor ocupación posible del terreno disponible, que se enfrenta a medianeras que logra salvar al correr el eje de la torre posterior.
El conjunto integra cuarenta y siete unidades con cocheras y una batería de amenities de primer nivel. La estructura baja de ambos bloques corre a lo largo de la totalidad del frente disponible, aprovechando el desnivel natural del terreno para generar un ingreso inductivo. Las unidades de mayor dimensión se ubican hacia las esquinas y las fachadas corren abiertas a modo de bandejas transparentes, con barandas de vidrio y grandes ventanales piso-techo que confieren esa sensación permeable que vincula los espacios interiores con las maravillosas vistas del nacimiento de la playa mansa.
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Redacción Diego Flores
Fotografía Nico di Trápani