En esta vivienda unifamiliar los arquitectos buscan un lenguaje ecléctico moderno, generando espacios abiertos y ambientes luminosos sin dejar de lado la tradición. De esta manera se insertan detalles rústicos dentro de un estilo de volúmenes modernos con molduras, realizando una mezcla que los caracteriza. Como en varias de sus viviendas proyectadas, el volumen del acceso se realza mediante el uso de materiales rústicos y naturales, como la piedra utilizada para revestir el acceso y el recurso del atrio como patio que precede a la entrada, generando un espacio para el ritual del encuentro previo al ingreso a la privacidad del hogar.
Para esta vivienda se resuelven dos dormitorios en planta alta, uno de ellos en suite y un baño; actualmente están realizando la ampliación agregando una nueva habitación. En planta baja se encuentra un dormitorio de huéspedes con toilette, un dormitorio de servicio, cocina con desayunador y el estar comedor desde donde se accede al parrillero techado, brindando luminosidad mediante con un amplio ventanal que integra el estar al patio, dando privacidad hacia el frente. De esta manera se genera un vínculo con el jardín el cual es bastante amplio con presencia de desniveles, por lo que la vivienda queda elevada.
El interior se caracteriza por ser neutro, despojado, con pavimento de microcemento en tonos de beige y paredes de revoque pintado en tonos similares, donde destacan detalles de rusticidad como la estufa en hormigón visto y elementos en madera. Los baños se resuelven en tonos neutros con detalles en piedra, mesada de microcemento y pisos claros. En cuanto a la solución constructiva, se proyecta en construcción tradicional de muros dobles de ladrillo combinado con viguetas y bovedillas para los planos horizontales.
Fotografías José Pampín