Una casa anfibia —refiere un ser que puede vivir indistintamente en la tierra o en el agua— se construye elevada del suelo para convivir con las periódicas crecidas del agua a orillas del Paraná Miní, un terroso río de suave andar. Próximamente la primera casa certificada Passivhaus de Argentina.
La casa está subordinada a las lógicas de su entorno natural. En una centralidad periférica del Delta de San Fernando, se ubica cerca de los equipamientos comunes locales y con acceso directo por transporte fluvial a través del Río Paraná Miní, uno de los canales principales del delta. El río hace las veces de calle, plaza y espacio público para una comunidad que está construyendo un nuevo concepto de urbanidad en estrecho vínculo con la naturaleza.
La construcción, fuertemente condicionada por la distancia de los medios de producción en la ciudad, se concibe como un montaje de elementos prefabricados capaces de ser transportados en pequeñas embarcaciones. La estructura se compone principalmente de piezas de madera laminada procedentes de la reforestación de pino elliotis impregnado. Un sistema constructivo en seco de paneles prefabricados SIP revestidos de chapa negra y madera conforma los espacios de la casa.
El refugio fue diseñado de acuerdo a un conjunto de estrategias pasivas de control bioclimático, pensadas para habitar el paisaje de manera consciente. Será la primera vivienda de Argentina certificada por el Passivhaus Institute, actualmente en la etapa final de la certificación con el apoyo del Instituto Latinoamericano de Passivhaus (ILAPH). A estos efectos, la hermeticidad de la envolvente de la casa es estudiada al detalle, reduciendo al mínimo las transferencias de calor interior-exterior y por lo tanto también el consumo energético necesario para alcanzar los niveles óptimos de confort higrotérmico al interior durante todas las estaciones del año. Los espacios se compactan para reducir la superficie en contacto con el exterior, orientándose al norte los espacios de uso y al sur los espacios secundarios. Un sistema de galerías calibradas controla la incidencia solar y al mismo tiempo expande los espacios interiores hacia el entorno.
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Redacción Diego Flores
Fotografía Leonardo Finotti