La casa fue proyectada para integrarse al paisaje residencial de uno de los barrios mejor definidos de Punta del Este, donde las calles arboladas son amplias y serpenteantes y los frentes discretos exhiben la preocupación por el mantenimiento de jardines donde el verde es intenso y el color lo aportan las estaciones.
El punto de partida para el proyecto del equipo argentino del Estudio RDR cuya sede opera en Berna, Suiza y liderado por el Arquitecto Ignacio Dahl Rocha e integrado además por Susana Barra y Bruno Goroni, fue la decisión de generar una fachada discreta que resguarda todo lo que sucede puertas adentro. La expresión arquitectónica se apoya en la pureza de los volúmenes, articulados por un marcado contraste entre llenos y vacíos, en la sencillez de los materiales y en la omnipresencia de los pinos del lugar.
Los habitantes encargaron una segunda casa con requisitos básicos muy definidos, se trata de un espacio para descansar y compartir en familia y con amigos y era importante contar con un espacio distanciado para el dormitorio principal y con un jardín cómodo y abierto.
El diseño del Estudio Dahl Rocha se resolvió con una estructura en forma de “l” que permitió conservar los pinos existentes, generar un jardín posterior íntimo y una fachada discreta y protegida. El dormitorio principal se ubicó en un primer piso y ocupa toda la superficie construida a ese nivel. La planta baja destina un ala a contener dos dormitorios, una sala de baño y una suite completa y la otra, perpendicular a la primera, que consiste en un espacio único que alberga al estar, el comedor y la cocina, que se prolonga en una terraza cubierta por una gran cubierta voladiza.
El equipamiento dispuesto es sencillo y apela a la modernidad y se apoya en sus líneas rectas para generar espacios de contención que dialogan naturalmente con una estructura limpia y despojada. La madera natural y la tapicería cruda y natural construyen una atmósfera calma y serena que interpreta a cabalidad la demanda de sosiego y descanso.
La construcción es tan sencilla como el programa. La casa fue construida en cinco meses con muros portantes de ladrillos cerámicos y losas de hormigón armado enteramente cubiertas por un revoque a la cal. La única particularidad es el voladizo posterior que se apoya en refuerzos metálicos ocultos en la carpintería. Las puertas y ventanas son de carpintería de madera. Los marcos y celosías exteriores de lapacho y el resto de cedro.
Fotografía RDR