En la encantadora área de Pocitos Viejo, se encuentra ubicado un hotel excepcional en la esquina de una típica manzana. Las destacadas cualidades de este lugar, como su calidad de espacio urbano, ubicación y conectividad, lo convierten en un verdadero motor dinamizador y lo consolidan como un equipamiento de primera categoría. El diseño de este hotel propone una volumetría compuesta que se integra de manera coherente, equilibrada y armoniosa con el contexto circundante. Su composición se divide en tres secciones distintas: el basamento, donde se encuentran la recepción y el restaurante en la planta baja, y salas para eventos o reuniones en el primer nivel; el cuerpo principal, que alberga habitaciones estándar y suites, muchas de ellas con terrazas en esquina o frontales; y el remate del edificio, que incluye un solárium, una piscina y un sky bar, retirados de las fachadas principales. La inserción de este hotel respeta y se integra de manera respetuosa con el contexto construido, adoptando las características y los valores propios de esta zona de Pocitos. Su implantación a nivel de calle amplía el espacio público mediante el ensanchamiento de la acera existente, destacando la continuidad entre la vereda y el espacio exterior de la planta baja. Además, cumple con los requisitos de accesibilidad total al edificio y propone un ingreso controlado para los vehículos de los huéspedes.
La planta baja del hotel se compone de dos secciones: una más pública, con el acceso al lobby en la esquina de las calles 26 de Marzo y José Benito Lamas, que se destaca por su presencia y visibilidad; y un área destinada al restaurante complementada por un sector de servicios generales del hotel. Esta planta establece una conexión directa con el espacio público exterior a través de un sector perimetral que proyecta las actividades interiores. El paisaje interior se define mediante atributos de transparencia y permeabilidad visual, combinando las texturas de los revestimientos interiores con los cerramientos vidriados y las protecciones exteriores de madera. La fachada del cuerpo de habitaciones se resuelve con un cerramiento vidriado y protecciones interiores que enfatizan la horizontalidad, junto con terrazas corridas.
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Redacción Martín Flores
Fotografía Santiago Chaer