Hacia el sur y hacia el norte. Arquitectas Berthet, Méndez y Taranto

En una ciudad donde los apartamentos, incluso muchos que pretenden “categoría”, suelen agotar su grandeza en los primeros metros —una entrada digna, un living correcto, y luego una sucesión de piezas angostas, sumisas al reglamento—, esta planta escondía una disidencia silenciosa: estaba cosida de frente a fondo por puertas corredizas, como si alguien hubiera deseado, desde el origen, que el aire circulara libre, que la mirada avanzara sin pedir permiso.

Ubicado sobre la rambla de Punta Carretas, en un edificio joven, de buena estirpe, el apartamento ofrecía un raro privilegio: la doble contemplación. Por un lado, la vastedad líquida del Río de la Plata, con sus atardeceres y velas errantes; por el otro, un corazón de manzana soleado, de jardines cuidados y silencio íntimo.

La transformación fue quirúrgica y sensible. El hall de entrada, antes anodino, ganó altura e intención: desde la puerta ya se intuye que este es un apartamento abierto a los horizontes. El gran salón del frente—ese territorio siempre resbaladizo— encontró su lógica: a lo largo de la bella terraza que da a la rambla se arman un living y comedor glamorosos, elegantísimos y, al centro, un espacio TV.  Todo este espacio es  un observatorio entre dos horizontes.

El dormitorio principal ahora respira y se prolonga hacia un vestidor cálido y hacia un baño en suite compartimentada, con mesada doble y ducha amplia, sin excesos, pero con carácter. Los baños secundarios repiten la lógica: líneas sobrias, materiales nobles, proporciones generosas.

Se deshicieron fronteras inútiles: la cocina, antes larga y meramente funcional, se convirtió en una estancia luminosa, pues se le integró el estrecho estar para ganar así una isla central y espacio para disfrutar mientras se cocina. El antiguo lavadero cedió su lugar para darle generosidad a la terraza del fondo, con su parrillero y muebles que invitan a demorarse.

El interiorismo, en colaboración con Maxi Ojeda, no fue adorno sino relato. Grises y arenas, maderas claras y acentos negros, texturas táctiles y composiciones precisas. Aquí cada cosa tiene su razón y utilidad, siempre bellos.

Y así, entre terrazas —una abierta al espectáculo de la rambla, otra al Norte y el verde—, este apartamento es lo que todo hogar aspira a ser: una forma de estar en el mundo.

PROGRAMA: REFORMA APARTAMENTO
PROYECTO DE ARQUITECTURA: ESTUDIO BERTHET-MENDEZ-TARANTO
INTERIORISMO: MAXI OJEDA
PAISAJISMO: ESTUDIO PAISAJE LICS. LORENA CORDERO-CECILIA LOPPACHER
EMPRESA CONSTRUCTORA: DOM+CONSTRUCCIONES
FOTOGRAFIA: JOSE PAMPIN

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