La evolución de los diseñadores se percibe en su obra y en el caso de la Arquitectura la elocuencia de los gestos resulta contundente. Algo así sucede al momento de escoger la obra para la presente edición, que tenía por objetivo poner al día su producción, escogiendo obra reciente, luego de casi ocho años sin publicar sus trabajos. Nuestra última edición dedicada al Estudio Bodega y Piedrafita data de mayo del año 2015 (#93).
Entonces llamaba nuestra atención la preocupación con la cual Pablo Bodega y Guillermo Piedrafita atención la participación de su estudio en concursos internacionales, con distintos resultados, muchas menciones, algunos premios. El objetivo parecía claro se trataba de profundizar en la búsqueda de la voz propia y para ello el tránsito por los proyectos de gran escala resultaba fundamental. Y los resultados, ahora quedan expuestos claramente al enseñar una evolución que profundiza algunos gestos e incorpora otros que definen un perfil tan personal como el pretendido por este tándem que cómodamente se ha ubicado en el firmamento local asumiendo la responsabilidad de integrar la lista breve de profesionales que representan la generación de relevo en el mundo de la arquitectura local.
La evolución señalada pasa por el trabajo del Estudio en nuevos programas, de mayor escala. Las viviendas uni familiares de alto perfil continúan ocupando el gran espacio en la inquietud creativa de ambos, pero la incursión en proyectos de edificios residenciales, corporativos y comerciales señala un crecimiento notable que en un esquema virtuoso redunda en el desarrollo de aquel programa fundacional, las viviendas.
El edificio que proyectaran en el año 2000 para albergar su Estudio es una suerte de manifiesto que proclama la idea del espacio con la cual conciben la arquitectura. Allí trabajan estudiantes y otros profesionales que se integran con distinta carga a la tarea de hacer arquitectura, de analizar las nuevas tecnologías concebidas para la construcción y a procesar aquellas ideas que Pablo y Guillermo continúan revisando, cada día, cada vez.
La Arquitectura es, en esencia, envolvente espacial que rodea, protege y contiene al habitante. El ejercicio persona a persona de esta disciplina madre es la que habilita y dota de herramientas para el juego que luego trasciende esa experiencia para diseñar y concebir estructuras que enriquecen al paisaje construido emitiendo señales claras de las pautas culturales del tiempo que vivimos. Y allí quedarán dando ese testimonio.
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Redacción Diego Flores
Fotografía José Pampín