La arquitectura, en su esencia más pura, es un arte que trasciende lo material para alcanzar las fibras más profundas del ser humano.
Es la habilidad de crear espacios que nos resguardan, inspiran, no delimitan, conectan. En lo profundo de esta definición, encontramos
a Valentina Cibils, una arquitecta y diseñadora de interiores cuya obra forma parte del dibujo sustancial de nuestro paisaje.
Con apenas 35 años, su sello autoral está presente en nuestro paisaje, ya cuenta con más de cuarenta proyectos construidos que reflejan su
capacidad para fusionar una visión estética de vanguardia con un respeto profundo por las raíces y la historia arquitectónica. Su habilidad para equilibrar las complejidades de su profesión con las demandas de la vida personal, es madre de cuatro hijos, es otro aspecto que la define y distingue. Desde su infancia en Carrasco, un barrio de Montevideo conocido por su mezcla de estilos arquitectónicos clásicos y
modernos, Valentina mostró un interés innato por el diseño y la arquitectura. Este entorno, caracterizado por amplios jardines y espacios abiertos que fomentan una conexión con la naturaleza, influyó profundamente en su enfoque hacia la creación de espacios que respetan y realzan su entorno natural. Su formación académica en la Universidad ORT, donde estudió simultáneamente Arquitectura y Diseño
de Interiores, consolidó sus habilidades técnicas y le brindó una plataforma para explorar su visión artística. Valentina ha logrado encontrar un
equilibrio extraordinario entre su vida profesional y personal, una armonía que sin duda ha sido clave para su éxito en el mundo de la arquitectura. Como madre de cuatro hijos, su experiencia de vida le ha brindado una visión única y enriquecedora en su práctica, infundiendo en sus diseños una perspectiva pragmática y sensible. Esta dualidad se traduce en proyectos donde la funcionalidad y la seguridad son tan fundamentales como la belleza y la calidez. En cada espacio que crea se esfuerza por alcanzar un equilibrio entre lo visualmente atractivo y lo emocionalmente acogedor, consciente de que los ambientes pueden influir en la calidad de vida de sus habitantes.
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Redacción Martín Flores
Fotografía Valen Bonasso