Entre la tradición y la contemporaneidad. Iván Torres en Ibiza

Iván Torres es un joven Arquitecto reconocido y con una singular trayectoria profesional desplegada tanto en Ibiza como en el continente. Preside el Colegio de Arquitectos de la isla y desde su Estudio ya cuenta con más de cuarenta obras construidas en los diversos paisajes que propone Ibiza. Su pasión por la construcción se relaciona con la intensidad con la que se vincula con su tierra y su historia. Es un hombre que hace Arquitectura y que también piensa la Arquitectura. Los paisajes, el natural y el construido, le preocupan e inquietan por igual. Sus proyectos mantienen encendida la llama original y aportan el testimonio de nuestro tiempo.

Don Pedro Torres solía visitar sus obras por las mañanas. Cuando su hijo Iván no tenía clases solía acompañarlo. Así el niño, que admiraba a su padre, se maravillaba al constatar los avances y descubrir cómo se construían casas, muchas de ellas muy grandes. Entonces soñaba con hacerlas él mismo. Desde entonces y hasta que se gradúa como Arquitecto en la Universidad de Barcelona, Iván Torres jamás dudó acerca de su vocación y así desde niño es Arquitecto. Su pasión por la profesión solo encuentra pares en el amor por la familia y en Ibiza, tierra en la que creció y se formó y a la que regresó luego de trabajar intensamente en el continente. De alguna manera regresa a Ibiza cada mañana cuando enfrenta la jornada camino a su estudio ubicado en la Vila.

 

…poseo los ocho apellidos Ibicencos…” afirma entre risas y bromas pero visiblemente orgulloso. “... el pasado de mi familia, se pierde en el principio de los tiempos de este lugar maravilloso que conoció momentos de esplendor en su historia pero también de los otros. Mi familia paterna es del norte de la Isla y la materna del Este y vivieron una etapa en la que el territorio no estaba integrado como hoy lo está. La isla tiene sus regiones y éstas sus micro climas sociales y culturales que suponen la identificación a partir del lenguaje, las tradiciones y las costumbres. La Ibiza profunda, aquella que emerge cuando nos adentramos en la Isla no es la misma que podemos encontrar en las costas. Y eso no deja de ser algo maravilloso...”

 

Los abuelos del Arquitecto Iván Torres integraban una larga cadena de agricultores cuyos orígenes se remontan muy atrás en el tiempo. Generacionalmente se relacionan con las décadas previas al descubrimiento último en la historia de la isla, en los años sesenta. La generación paterna se mantuvo en los campos del norte y evolucionaron hacia el comercio, destacándose en el por entonces incipiente mundo de la hostelería, hasta que en el año 1988 su padre, Pedro Torres se asoció con un amigo continental para trabajar en el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios. Así nació la empresa Constructora de la familia, la misma que sirvió de escenario natural para el crecimiento de un joven Iván que entonces descubrió su vocación y sentido de vida.

 

…cuando comenzamos a diseñar casas para construir en Ibiza lo hacemos con un profundo respeto por la tradición y entonces acudimos al predio con la necesidad de generar volúmenes que atiendan las necesidades expresivas actuales pero que de alguna manera se relacionen con esa rica historia que impone el lugar. La Arquitectura ibicenca se desarrolla a partir de módulos que al replicarse van generando una unidad que mantiene un lenguaje básico pero muy intenso…”

 

Las casas de Iván Torres mantienen esa estructura de módulos que van componiendo una unidad que se relaciona con el terreno y sigue sus niveles y desniveles. La visión espacial del Arquitecto se apoya en la tradición Ibicenca para mantenerla y a la vez la actualiza con los gestos plásticos y conceptuales que la relacionan con nuestro tiempo. Para ello es importante tener en cuenta la condición de “segundas casas” de las obras que le son encargadas.

 

“...sustancialmente proyectamos casas de veraneo, o -segundas casas- con lo cual es un hecho que cuando nuestros habitantes se permiten mayores libertades que cuando encargan sus residencias permanentes. Desde el punto de vista proyectual trabajamos con mucha libertad y nos anima mucho la posibilidad de plasmar nuestra visión del hecho arquitectónico relacionándolo con el lugar y su historia. Estoy convencido que los lugares mandan, los paisajes determinan y en consecuencia es importante trabajar a partir de ellos, con ellos y evitar generar conflictos entre nuestras intervenciones y el paisaje. A la vez está la historia, que en Ibiza es muy rica. Poner en valor todo lo precedente es necesario, incluso inevitable...”

 

Iván Torres se gradúo en la Universidad de Barcelona en el año 2005 y un año después junto a su profesor de tesis y un compañero de estudios funda el Estudio ACT (Armani, Cougall, Torres) con sede en Barcelona y comienza a desarrollar proyectos en Milán, Piacenza, Barcelona e Ibiza. Los primeros años en el ejercicio de la profesión coinciden con el último tramo del boom inmobiliario, circunstancia que le permitió trabajar en proyectos de la más diversa escala. Para el año 2008, cuando la crisis del sector inmobiliario el único mercado que permaneció al margen fue el de Ibiza. Disuelta la sociedad del Estudio Iván Torres regresa a Ibiza para fundar su Estudio de Arquitectura.

 

… Ibiza cuenta con apenas 571 kilómetros cuadrados de extensión. La Arquitectura Ibicenca se basa en una actitud pragmática ante el paisaje que es la respuesta que se impone naturalmente. Al revisar su historia encontramos que por esa razón se construía en aquellos lugares donde la tierra no era cultivable. La limpieza de la tierra que si podía cultivarse suministraba la piedra necesaria para los edificios que se levantaban sobre pedregales. Luego aparecen los troncos de Sabina (enebro) que se empleaban como vigas con lo cual el tiro o luz de la habitación estaba dado por el largo de los troncos con que se contara. Los muros para una casa de una planta solían contar con un ancho de medio metro, tal vez un poco más. Este ancho crecía en el caso de tratarse de un edificio de dos plantas y podía llegar hasta un metro o más. Luego está el proceso. Lo común era que se comenzara por una habitación destinada a guardar las herramientas del labrador y los alimentos. Al formarse la familia se iban agregando más habitaciones que se adosaban entre si y cuando la cantidad de habitaciones lo hacía posible, se generaba un gran patio interior, un porche, destinado al trabajo con la producción del lugar. Volumétricamente el juego plástico que surgía de la integración de estas distintas habitaciones también nos habla de la austeridad de recursos que nos define culturalmente. Las habitaciones se construían con igual ancho que alto y en la variación de estas medidas surge un ritmo muy nítidamente local. Luego el perímetro se cerraba totalmente. Los muros se construían con argamasa y luego todas las superficies se pintaban con cal viva…”

 

Esta arquitectura vernácula es producto de los escasos recursos que ofrecía el lugar y entonces la necesidad impuso una lógica en la cual todo se relaciona entre si y tiene un sentido. Los constantes asedios que sufría la isla explican las fachadas cerradas a cal y canto, las alturas de las habitaciones y su confort ante los climas extremos se relacionan con la piedra y el espesor de los muros. Y así todo cuando deseemos analizar.

 

…los paisajes son determinantes. Y las intervenciones humanas también. La masificación de las megalópolis por ejemplo, condicionan la vida del hombre imponiéndose como un paisaje que determina el ritmo de la vida de sus habitantes y así podemos establecer claras diferencias entre las grandes ciudades y las pequeñas urbanizaciones. En Ibiza, que se me ocurre como una visión muy clara del paraíso, la presión que sufre el paisaje natural es muy grande. Los inversores son muchos y muy poderosos, las tentaciones muchas. Y las regulaciones, creo que excesivas, han permitido controlar ese boom que inició a mediados de los años sesenta y que se mantiene hasta el día de hoy. Un dato que sorprende, anualmente se construyen 900.000 metros cuadrados y en relación a la extensión total del territorio es una cifra importante...”

 

La palabra «naturaleza» proviene de la palabra latina “natura”, que significa «el curso de las cosas, carácter natural[] Es la traducción latina de la palabra griega “physis”, que en su significado original hace referencia a la forma innata en la que crecen espontáneamente las plantas y los animales. El concepto de naturaleza como un todo —el universo físico— es un concepto más reciente que adquirió un uso cada vez más amplio con el desarrollo del método científico moderno en los últimos siglos. Por deformación, seguramente debido a la poca importancia que nuestra especie le ha prestado históricamente al fenómeno, aplicamos el término “naturaleza” para describir todo aquello que nos rodea y por oposición para señalar aquello donde la mano del hombre no ha intervenido. Al “paisaje natural” le oponemos el “paisaje construido” para dar cuenta de lo que el hombre ha creado. También allí debemos señalar la zona de conflicto, en esa interface es donde se manifiestan las percepciones que establecen la falta de un acuerdo universal entre los hombres para atender la necesidad de relacionarnos mejor con la naturaleza. El papel que en esta historia juegan los Arquitectos es desequilibrante desde que en sus mentes, manos y corazones, descansa la capacidad para generar una relación armónica entre el hombre y el paisaje, entre lo natural y lo construido.

 

La inquietud de Iván Torres lo ha llevado a participar activamente a nivel social y gremial, lo que le ha llevado a Presidir el Colegio de Arquitectos de Ibiza, cargo desde el cual milita en procura de incidir, desde su condición de Arquitecto e Ibicenco en procura de incidir técnicamente en las decisiones relacionadas con las regulaciones para la construcción y esencialmente, en la promoción de los valores culturales que entiende necesario poner en valor, cada día, todos los días.

 

…más allá de las presiones que desde el sector inmobiliario sufre la isla, nuestra tarea desde el Colegio de Arquitectos pasa por el fortalecimiento de nuestro papel técnico y de procurar los equilibrios necesarios para que el exceso de regulaciones, muchas veces encontradas entre sí, no nos aísle o mantenga alejados de la posibilidad de mantener vivo al paisaje que nos consta, todos queremos preservar…”

 

La selección de obras que publicamos con la presente edición tiene un común denominador que nos ha sorprendido gratamente. Son casas proyectadas y construidas por el Arquitecto Iván Torres y guardan en sus gestos de enorme valor plástico, el secreto de Ibiza. Un secreto que fue alimentado por cartaginenses, romanos, musulmanes y cristianos, desde el inicio de los tiempos.

Fotografía Eugeni Pons

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