Con una arquitectura de vanguardia y diseño minimalista, de formas puras y líneas rectas enriquecidas por una paleta de colores en tonos neutros, el Hotel Oliva constituye un lujoso ejemplo en la hotelería montevideana.
El edificio ocupa un predio privilegiado por sus dimensiones y por el contexto del exclusivo barrio de Punta Carretas. La edificación está ubicada sobre la calle García Cortinas, a escasos veinte metros del Club de Golf del Uruguay y a cien metros de Punta Carretas Shopping. El proyecto, a cargo del estudio Ferber Arquitectos Asociados, consta de un volumen de cuatro niveles. La construcción de sus fachadas principal y posterior se integra por planos de distintas profundidades que le otorgan un carácter horizontal, a través de ventanas verticales distribuidas regularmente, generando nexo y contraste entre los diferentes ámbitos de la composición.
Sus treinta habitaciones han sido desarrolladas con diferentes conceptos y distribución de áreas. Las suites oscilan entre treinta y cuarenta y cinco metros cuadrados, propuestas para atender los requerimientos específicos del huésped corporativo y responder a las necesidades del huésped en calidad de turista. Cumpliendo con el riguroso estándar de calidad internacional, dispone de espacios de área común, terraza, cafetería, una cava y sala de habanos, salas de conferencias, centro fitness y un spa con piscina interior y sauna.
El diseño de los espacios interiores del hotel contiene una referencia oriental, reflejada en la atmósfera de calma, en la invitación a sus recorridos pausados, en el cuidadoso juego de sombras. En el centro de la edificación, se encuentra un espacio exterior, en el que predomina una vegetación baja, un circuito de equilibradas zonas de estancia, espejos de agua y la presencia central del estoico y honorable olivo, que deleita al huésped en su lujosa estadía, en la calma y en la pausa.
Fotografías José Pampín y Estudio Ferber