Sobre un extenso predio ajardinado se resuelve el siguiente planteo en dos niveles. Una residencia que encuentra en su simpleza su mayor atractivo. Despojada de todo tipo de ornamentos superfluos, la arquitectura encuentra aquí su expresión a través de la forma. Un juego de volúmenes, calado por aberturas estratégicamente dispuestas, aporta interés visual y rompe con la rigidez de la línea recta. La fachada se construye de revoque claro, esa es su única vestimenta. La imagen final presenta una estructura contemporánea, limpia, que logra trasmitir la serenidad característica del paisaje natural que la acompaña.
Fotografías José Pampín