Arquitecto Carlos Brum
Generación 2013 de la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT, “Chapo” como lo llaman sus amigos, se recibió con nota. La vocación por la arquitectura lo abrazó desde siempre; aunque no hay una vinculación directa con la disciplina en su familia, acaso tan solo su abuelo materno, Brum nació arquitecto. Carlos es una persona cálida, atenta y se le nota la sana sed por el conocimiento. Trabajó como asistente del Ingeniero Axel Wansart en la empresa Reflex Engineering cerca de un año, luego hizo escuela por tres años en una constructora, arrancando como sobrestante hasta llegar a ser director de obra. Luego incursionó en el negocio inmobiliario y hasta exploró junto al Arquitecto Álvaro Prieto el mundo de los desarrolladores. Con 30 años, conviven en el arquitecto Brum muchas facetas que logran encausar hoy, en su estudio de arquitectura, una sinergia bastante singular y poco habitual. Y todo con mucha seriedad y la frescura propia de quien trabaja, día tras día, en busca de las fronteras de una disciplina oceánica.
Casa en Olivos
El terreno de la obra estaba ya decidido cuándo el arquitecto Brum se integró al proyecto. Los habitantes eran especiales para Carlos –se trataba de muy buenos amigos, y era también su primera obra-, sin apuros la consigna fue simple: una casa para una familia que nacía, y que el arquitecto conocía muy bien. Desde el primer momento, la obra fue concebida por todas las partes como algo especial; el anteproyecto llevó 8 meses, la obra inició a finales del año 2017 y finalizó a mediados del 2018. El terreno, ubicado en el Barrio Olivos, marcó la cancha; en función de las distintas necesidades planteadas por la particular dinámica existente allí, Brum planteó un diseño distinto que busca generar ambientes luminosos, sin alterar la privacidad del hogar. La obra, de 180 metros cuadrados, resulta fresca y única en el paisaje que ofrece Olivos.