Este proyecto fue concebido como un volumen rectangular de doble altura que se materializa con una apariencia robusta y un revestimiento en piedra caliza oscura que va más allá de lo estético, aportando durabilidad y eficiencia a la estructura. Grandes pórticos forman una gran arquería adintelada rectangular como elemento perimetral claveque termina de moldear y definir la fachada. La lectura del paisaje propuesto, en un lote estratégicamente ubicado en el Barrio San Nicolás determinó esta circunstancia.
La elección de la piedra caliza no es casual, sino una respuesta a las necesidades funcionales del diseño. Este material natural no solo ofrece una estética impactante, sino que también desempeña un papel fundamental como aislante térmico y una sólida barrera protectora contra los elementos externos. Esto subraya la profunda relación entre la forma y la función que caracteriza a este proyecto. La arquería rectangular con terminación texturada y los revestimientos en madera emergen como elementos claves para la configuración de la fachada, aportando carácter, sofisticación y jerarquía.
El interior de la casa ha sido meticulosamente concebido para abrazar una distribución de espacios generosos y cómodos, bajo un enfoque de orden clásico. La madera, presente en todos los pisos de la casa, aporta calidez y una nueva textura al ambiente, contribuye notablemente a generar la especial atmósfera que se pretende.
La combinación de tonalidades puras neutras y oscuras otorga una estética contemporánea y sofisticada que se fusiona con la naturaleza que rodea la casa. El living principal es un espacio cómodo y espacioso que, gracias a sus generosas aberturas, establece una estrecha relación con el entorno exterior, creando una zona de estar al aire libre con impresionantes vistas hacia la piscina y la exuberante vegetación del jardín.
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Redacción Diego Flores
Fotografía José Pampín
