Enclavada en el barrio Lomas de Carrasco, esta casa contemporánea emerge como un experimento formal, desafiando las convenciones arquitectónicas. Su diseño, marcado por una verticalidad y una composición de volúmenes aparentemente desordenada, crea una presencia imponente en el paisaje.
La fachada principal, dominada por un gran cuerpo vertical que se eleva, establece un diálogo dinámico con el entorno. Este gesto arquitectónico, lejos de ser arbitrario, ordena la composición y genera un ritmo visual que se prolonga hacia el interior. Los extremos de la fachada, revestidos en madera, aportan calidez y textura, contrastando con la rigidez del volumen principal y humanizando la arquitectura. La casa se desarrolla en profundidad, aprovechando la topografía del terreno. El acceso principal, estratégicamente ubicado, funciona como un eje organizador que divide los espacios sociales de los privados. En la planta baja, un amplio salón integrado que abarca el estar y el comedor se convierte en el corazón de la vivienda. La cocina, con su diseño minimalista y funcional, se abre hacia este espacio, creando un ambiente fluido y conectado. El diseño interior, caracterizado por un minimalismo sólido y elegante, busca potenciar la luminosidad y la espacialidad. Las tonalidades claras y puras, combinadas con un mobiliario cuidadosamente seleccionado, crean atmósferas serenas y sofisticadas. La elección de materiales nobles, como la madera y la piedra natural, aportan calidez y textura a los ambientes. En la planta alta, se ubican los dormitorios, destacando el dormitorio principal en suite con una amplia terraza que ofrece vistas panorámicas del entorno. Esta terraza, concebida como una extensión del espacio interior, invita a disfrutar del aire libre y a contemplar el paisaje.
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Redacción Martín Flores
Fotografía Estudio Cibils
