Desde su condición de envolvente espacial esta casa fue concebida a partir de la idea de resguardar la privacidad del habitante. Ubicada en la urbanización Barrio Lagos sobre uno de los terrenos que cuenta con rivera sobre uno de sus lagos, el volumen se levanta como un silencioso testigo de la belleza natural que lo rodea y logra capturar esencias y las mejores vistas, sin exponer a quienes lo habitan.
En el diseño del Estudio BP la lectura del terreno y del paisaje circundante permitió que se tomara el mejor partido al momento de resolver la implantación del volumen aprovechando la topografía y sirviéndose de ella para lograr una fachada cerrada hacia la calle y abierta hacia interiores que atienden todas las necesidades expuestas por los habitantes. Y en esa línea los gestos resultan elegantemente sutiles. La primera impresión de esta residencia nos enseña ingenio y talento al momento de atender la necesidad de la privacidad al generar una fachada que guarda celosamente las vistas hacia el interior. La arquitectura logra este delicado equilibrio a través de un arco de hormigón que se convierte en uno de sus rasgos distintivos. Este arco, encuentra protección en un gran elemento de hierro que, al elevarse, se integra en perfecta armonía con el entorno, formando vínculos entre el exterior y el interior.
La casa se despliega en dos niveles con una distribución que alcanza armonía y genera flujo natural en la circulación. La planta baja ubica a los espacios de servicios en una de sus alas laterales, mientras que un gran comedor y la sala de estar principal se abrazan en un gran ambiente bañado por la luz natural. La sala de estar, se convierte en un ambiente de serenidad, contenido por colores puros y texturas naturales que se funden con la paleta del comedor.
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Redacción Diego Flores
Fotografía Marcos Mendizabal
